Israel lidera en el mundo la campaña de vacunación contra la Covid-19. Lleva más del 30% de sus 9.3 millones de habitantes vacunados. También lleva un registro de la efectividad de la vacuna Pfizer-BioNTech, que es la que están utilizando –al igual que en Panamá– para inocular a toda la población. Esta semana, el director de la campaña de vacunación, Nachman Ash, reveló algo que debemos considerar los panameños.
Ash indicó que la primera dosis de la vacuna no protege tanto como ha señalado Pfizer, ya que, para cuando dio sus declaraciones –hace cuatro días– unas 12,500 personas habían dado positivo tras la primera inoculación, incluso unas 70 dieron positivo después de la segunda dosis, que todos deben recibir tres semanas después de la primera dosis.
Pfizer sostiene que esta primera dosis tiene una efectividad de poco más del 50%, y tras la segunda, la efectividad alcanzaría el 95%. No obstante, la inmunidad que proporciona la primera dosis puede tardar en llegar entre 10 y 14 días. Esto quiere decir que los inoculados en Panamá en esta primera ronda no deben relajar la guardia, es decir, deben evitar contagiarse.
Obviamente, la advertencia es también para los que se colaron –sin tener derecho a ello– en la fila para vacunarse en el complejo hospitalario Dr. Arnulfo Arias Madrid, de la Caja de Seguro Social (CSS). Estas personas, por cierto, también encabezarían la lista de los que recibirán la segunda dosis de la vacuna, dentro de unas tres semanas, aunque, si lo que dijo la CSS se cumple, ellos no estarían en la institución para recibirla, por lo que tendrán que valerse –nuevamente– de sus contactos para vacunarse.
¿Existe la posibilidad de que otros recurran a la inoculación clandestina? La “contactología” es una ciencia en la que son expertos nuestros políticos. Zulay Rodríguez acusó esta semana a su colega el diputado Crispiano Adames de “tumbarle” la sesión del pleno en la que se analizaría una citación al director de la CSS, Enrique Lau Cortés. Si eso es cierto, Lau estaría en deuda con Adames. Le debería un favorzote que no hace falta mucha imaginación para adivinar cómo se lo va a cobrar.
Así trabaja la “contactología”. Y como el nombramiento de Lau fue aprobado por diputados, virtualmente este señor –que sabe perfectamente el significado de: “que hay pa’ mi”– le debe un favor a los que lo apoyaron. Seguramente, algunos habrán sido cobrados con nombramientos en la CSS, pero otros están a la espera. Y ahora que la fila es cortita para vacunarse, esos querrán cobrar el favor con una o varias de esas “bacunas”, según la fraseología de Huevito Pineda.
¡Cuidado, entonces! La vacuna de Pfizer es efectiva, pero hay que seguir protegiéndose, incluso hasta después de la segunda dosis. La vacunación en el mercado negro de los favores tiene los mismos riesgos, y no queremos que estos “contactólogos” contagien a quien se le acerque. Ya bastante tenemos con el hecho de que han infectado a la sociedad con sus despreciables vicios.