Exclusivo Suscriptores
COLUMNA

Sábado picante

Sábado picante
Exprocurador Eduardo Ulloa. Archivo

Eduardo Ulloa fue amigo de sus amigos, entre ellos, gente vinculada a los procesados por sus fiscales en el Ministerio Público por casos de alto perfil. Siendo un abogado cualquiera, antes de convertirse en Procurador, cuestionó a su antecesora por las mismas causas por las cuales ha sido blanco de reprobación. Ejecutó ciegamente cada sugerencia que le hicieron sus hoy —y los de antes— confesos amigos. La ironía es que terminó siendo víctima de sus propias críticas.

¿Cuál es el legado de su breve paseo por el Ministerio Público? Cuando el presidente Laurentino Cortizo anunció que él sería el próximo Procurador —en diciembe de 2019, y con la presencia de todo su Gabinete— dijo que esperaba que el nuevo Procurador fuera el “guardián de la justicia”, y que tenía todo para “dejar un legado a la patria, a sus hijos, a su familia”.

Pero Ulloa renuncia porque “el tiempo de familia se redujo y nuestra paz y tranquilidad emocional se vio afectada”. Menos mal que no se le ocurrió ser periodista, pues ese es nuestro día a día. Aun así, aceptó —con esplendorosa sonrisa— un cargo polémico, sometido a los vaivenes de la política, a presiones de todo tipo y a la animosidad de muchos. Ignoró que requería de altas dosis de valentía, así como fortaleza moral y emocional.

Ulloa fue y es incapaz de llamar las cosas por su nombre: corrupción, delincuencia, castigo. Nunca lo escuché acusar a nadie, ni siquiera por sus apodos. Siempre recurrió a una absurda neutralidad cuando su trabajo era lo contrario: perseguir el delito, señalar a los investigados, apoyar a su gente. Prefirió su amada paz mental y tranquilidad emocional, mientras el país esperaba de él determinación y coraje. Nada ganó el país con Ulloa al frente del Ministerio Público, aunque, sin duda, sus amigos han perdido a un gran secuaz.

Le tomó 13 meses darse cuenta de que carecía de lo más básico para ocupar el puesto. Y si no fuera por el hecho de que prácticamente huyó por la puerta de la cocina, quizás este hubiese sido su mayor acto de valentía: admitir que no pudo con el cargo por pura y absoluta cobardía. Pero también creo que, en el fondo, sus razones son solo excusas para dejar el cargo. Debe haber motivos mucho más truculentos para irse, pero nunca los escucharemos de su boca.

Lo que sí debemos tener presente ahora es que si un yesman como Ulloa prefirió irse —sea cual sea o haya sido la razón— quien lo reemplace tendrá que acceder, como requisito sine qua non para ocupar el cargo, a lo que Ulloa temió darle el sí. En otras palabras, no esperamos nada mejor que nuestro amigo el que huyó. ¿Puede haber alguien peor? A juzgar por los amigos del exprocurador, el departamento de jueces y fallos se maneja desde Palacio, donde un risueño joven seguramente ya tiene órdenes de prepararle al Presidente una lista de candidatos. No nos sorprendamos si en esta aparece Darth Vader o Ja-Nio, el experimentado cazador cazado.


LAS MÁS LEÍDAS

  • Los combustibles bajarán de precio a partir de este viernes 12 de diciembre. Leer más
  • Gobierno anuncia acuerdo sobre salario mínimo: así quedarán algunas tasas por regiones. Leer más
  • Naviferias 2025: el IMA anuncia horarios y lugares del 15 al 19 de diciembre. Leer más
  • Jubilados y pensionados: así será el pago del bono navideño y permanente. Leer más
  • Embajador de Estados Unidos toma el desayuno chino con la diputada Patsy Lee. Leer más
  • Contraloría inicia auditoría a fondos que transfirió el MEF a gobiernos locales en el gobierno de Mulino. Leer más
  • Estados Unidos incluye a Ramón Carretero Napolitano en la Lista Clinton. Leer más