“Es el momento de profundizar las reformas que permitan una participación mucho más activa del sector privado”. Así lo manifestó ayer Richard Martínez, vicepresidente de Países del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en el evento virtual “Café con La Prensa: Proyecciones y retos para el 2022”.
Martínez dijo que, en el corto plazo, las prioridades pasan por atender la pandemia (en ese sentido, la vacunación en la mejor estrategia para el crecimiento), así como por la creación de empleo a través del sector privado, mejorando los climas de inversión, promoviendo la digitalización, aprovechando la reconfiguración de las cadenas de valor y desarrollando esquemas de inversión público privados. El objetivo es “prender los motores de crecimiento, a través de una fuerte participación del sector privado”.
El economista dijo que Panamá tiene el potencial para superar los desafíos de la pandemia y aprovechar las oportunidades, porque existen varios sectores con amplio potencial de crecimiento, como el turismo, la agricultura, el sector financiero y la logística, que adquiere si cabe más importancia con la regionalización de las cadenas de suministro.
Uno de los efectos de la pandemia es el aumento de la deuda en la región; por eso habló de los planes de consolidación fiscal, pero también teniendo un enfoque hacia los más vulnerables.
Además, entre los desafíos a largo plazo, destacó la necesidad de revertir la pérdida generada en el capital humano por el cierre de las escuelas, que tendrá un efecto aún difícil de predecir.
