¿Cómo le anunciaron su despido?
El rector me llamó para que fuera a su despacho, y me dijo que le había costado mucho la decisión, que tenía mucho tiempo dándole vueltas a lo que me iba a decir, pero que yo era una persona política y que ya vienen los tiempos políticos y, “quiéralo o no, usted va a estar inmersa en la política. Yo quiero decanos neutrales”.
Cuando la contrataron, ¿no sabían que usted era política y que había sido diputada y candidata presidencial?
Así es. Eso fue lo que le respondí. Que tengo el mismo perfil que cuando me contrataron, incluso con menos aparición pública que entonces.
¿Y qué le argumentó él?
Que eso fue otro rector. Que él no estuvo de acuerdo, pero la decisión la tomaba el rector y que esto era por el bien de la universidad. Esto es una destitución injustificada que viola mis derechos humanos y laborales. Se me estigmatiza por haber participado en política al más alto nivel. Yo no tengo militancia partidista, no he hecho ninguna declaración que no sea basada en los hechos y él sabía que yo tenía estas apariciones en medios… Y nunca he usado la universidad para proselitismo político.
¿Y no le dijo nada de esas apariciones?
Jamás. Y cuando hubo cambio de rector, le pregunté si tenía algún inconveniente en que yo siguiera opinando sobre temas nacionales y me dijo que no.
¿Cree que usted afectó la imagen de la universidad, como sugirió él?
No. Fui muy cuidadosa siempre de ser docente en mis presentaciones. Además, él me reconoció que no tenía más que agradecimiento por mi trabajo.
¿Entonces?
Su argumento fue que yo soy política. Es tan grave como si me hubiera dicho: “usted es judía y yo solo trabajo con católicos” o “usted es lesbiana y yo solo trabajo con heterosexuales”. El derecho político es un derecho humano a ese mismo nivel. La Constitución prohíbe la discriminación por sexo, raza, nacimiento, discapacidad, clase social, religión o ideas políticas. Eso es lo que convierte el despido en injustificado y el acto en discriminatorio.
Si hubiera decidido correr a un cargo de elección popular, ¿sí hubiera estado justificadamente despedida?
Yo no me hubiera quedado si tomo esa decisión. Yo me hubiera adelantado transparentemente a decirles y siempre evitando un conflicto de interés.
Volvamos a eso de ‘los decanos neutrales’. ¿Qué es neutralidad?
Según la Real Academia Española, es mantenerse fuera del conflicto. Y yo me pregunto: ¿esta no es una sociedad llena de conflictos? ¿Por qué tenerle temor? Una de las funciones de una universidad es despertar el pensamiento crítico de los alumnos. ¿Cómo hacer eso siendo neutral? Estamos formando a los líderes del mañana: tienen que tener pensamiento crítico. Además, Dante decía que las zonas más calientes del infierno están reservadas para los que se mantienen neutrales. En una sociedad tan descompuesta como ésta, no hay tal cosa como neutralidad. Eso es un pecado social, como la indiferencia. Habrá hipocresía, cobardía y silenciados, pero no neutralidad.
Por otro lado, ¿cómo entra al juego la libertad de expresión?
Si uno tiene que escoger entre opinar o conservar el trabajo, el que no lo puede pagar queda silenciado de inmediato.
¿Cómo se sustenta la decisión de sacarla por política, si es la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas?
Es incongruente. Y un contrasentido al llamado del Papa a los católicos para participar en política y la supuesta reivindicación del rol de la mujer en la sociedad.
¿Qué mensaje le manda su despido a los estudiantes de la Usma?
Uno nefasto, intimidatorio y poco formativo.
Tres diputados independientes se graduaron de Derecho de la Usma y se desarrollaron en su vida estudiantil. ¿Eso ya no se podrá seguir haciendo?
Lo triste sería que esa fuera la pregunta que se hicieran los estudiantes. Ojalá no lleguen hasta allá.
¿Ya le dieron su carta formal o sigue siendo solo una comunicación verbal?
Nunca hubo una carta. Fue una comunicación verbal. Y tengo un informe del Ministerio de Trabajo que lo certifica.
¿Cree que su despido se limita a un argumento débil, pisó algún callo o cree que hubo presión de algún grupo económico, religioso o de un donante?
A lo mejor todas las anteriores.
Pero es un secreto a voces que nada pasa en la Usma sin la anuencia, o instrucción, del monseñor Ulloa…
Lo cual sería aun peor, porque yo soy la misma que cuando me contrataron y entonces él apoyó mi contratación.
No es primera vez que la despiden. ¿Qué callos pisa o qué cree que es lo que tanto incomoda de usted?
Este fue un acto de discriminación; lo de la Procuraduría fue uno de corrupción. Y yo no soy sumisa. Yo sé seguir reglas, pero no endoso mi conciencia.
Por otro lado, dice Martinelli que él sabe por qué la sacaron. ¿Por qué?
Que lo diga, pues.
¿Qué medida tomará contra la Usma?
Todas las que la ley me permita.
Y si ordenan su restitución, ¿quisiera volver a trabajar en un lugar así?
Ninguna de mis acciones va en ese sentido. Van hacia el resarcimiento de la violación y la sanción que deben recibir.
Ahora que ya no es decana, ¿participará en política electoral?
No sé, pareciera que quisieran arrinconarme a eso.
Según usted, su despido es violencia política contra la mujer porque no conoce a un hombre despedido por esa causa. Y a otra mujer, ¿sí?
A mí. Y si se atrevieron a hacerlo conmigo, habrá otras a las que también se lo habrán hecho. La diferencia es que ahora tenemos una ley que nos protege contra la violencia política, a hombres y mujeres.
Por otro lado, a usted la reemplazó una mujer, también política. ¿Cómo cabe la violencia política contra la mujer? ¿No es un caso de injusticia y ya?
Sí. Y la ley protege a ambos géneros.
¿Por qué debería importarle este tema, ocurrido a nivel privado, al país?
Tiene que importarnos a todos, porque nadie está por encima de la ley. A nadie se le debe someter a escoger entre su participación política y su derecho al trabajo. Ni en el ámbito público ni en el privado.
Los logros de los que más orgullosa se siente de su paso por la universidad.
El respaldo a los alumnos que se atrevieron a participar en las protestas por las reformas constitucionales. Pasé mi madrugada en el juzgado de paz para velar por sus derechos y que no les hicieran daño. La creación, en conjunto con el profesor Augusto Ho, del Instituto de Derecho y Nuevas Tecnologías. Y haber sido parte, con Marelissa Tribaldos, de la creación del programa “Solidarízate con un estudiante”, para conseguir donantes que pagaran la matrícula de los alumnos que en pandemia no podían pagarla. La puesta en marcha del Laboratorio Jurídico, que había sido aprobado por Harley Mitchell, y llevarlo a un paso más sumando el Centro de Investigación Jurídica. Y haber republicado la revista Iustitia et Pulchritudo, con apoyo del profesor Alonso Illueca.
Panorama para 2024, según su óptica.
Uno incierto, porque además de la corrupción y del sistema electoral perverso, las circunstancias hacen difícil el panorama para cualquiera que venga en 2024. No podemos escoger a cualquiera.
¿Cómo empeora ese panorama si la oposición va dividida?
Eso hará más difícil de rescatar el país. Pero si las alianzas son solo oportunistas y para gobernar, igual será un desastre.
Un tema impostergable para el próximo gobierno.
Seguro Social y reforma fiscal. Yo lo veía impostergable en este gobierno. Haber pateado la pelota otra vez lo hace, ahora sí, de vida o muerte para el siguiente. Cueste lo que cueste.
¿Cómo influirá la elección interna del PRD en el gobierno y en el país?
Eso va a traer mucha más imposibilidad de atender los temas importantes. Estarán más enfocados en el control político que en hacer lo que deben.
¿Se puede recomponer ese partido?
Lo veo muy difícil. Se han ocupado más en crecer en cantidad que en calidad. Es solo un cascarón electorero.
El Panameñista, ¿qué ha hecho que estas elecciones internas sean tanto más agresivas que las otras?
Hay una mujer disputando la cabeza.
¿Cómo evalúa la rendición de cuentas del presidente, la semana pasada?
La aparición del presidente ante una asamblea debería ser para también cuestionarlo, no solo para él informar. Es el examen político anual que debería pasar.
¿Y la del contralor?
Eso fue una presentación justificativa, no fiscalizadora.
¿Quién gana con la descentralización en la práctica?
Solo los alcaldes y representantes.
Cinco fiscales clave, de vacaciones. ¿Es normal o le hace ruido?
Es lo consecuente con la denuncia que se dio. Pero no se puede dilatar el resultado de esa investigación, porque esa incertidumbre es el mal mensaje.
Javier Caraballo tiene 11 meses como procurador interino. ¿Qué daño le hace eso a la justicia?
Si él se empodera, ninguno. Que no se deje intimidar. Que se empodere.
¿Qué pasa si lo pasan por la Asamblea?
Lo van a debilitar, porque ya lo dijo Mezquita: no tienen capital político.
Listas oscuras: ¿extorsión internacional o reclamo justificado?
De las dos un poco. Pero creemos que engañamos a la comunidad internacional porque aprobamos leyes. Leyes que luego incumplimos o no reglamentamos.
¿Qué espera de María Eugenia López Arias y del balance femenino en la Corte?
Que haga lo que ella sabe que debe hacer. Y que exija el respaldo del Ejecutivo.
¿Qué dice de nuestra justicia que, en Nueva York, dos hijos de Martinelli sean delincuentes confesos y, en Panamá, han pasado años y solo han metido recursos? Hasta fianza tenían.
Nos deja como una burla internacional.
Si Martinelli dice que el del video no era el marido de la jueza, ¿por qué ni él ni la jueza han salido a desmentirlo?
No sienten presión, porque somos pocos los que queremos saber la verdad.
¿Se justifica que el gobierno demore cuatro meses en rendir las cuentas del estado de emergencia?
No. Son datos que ya están. Y entre más rápido los den, mejor. Parte de la transparencia es la pertinencia del momento.
Narcopolítica, ¿qué tan profunda es?
Cada vez más. Y lo grave es que la mayoría de los partidos no quiere entender que mientras no se les cierre la llave del financiamiento privado, el problema será cada vez peor: dejarán de financiar candidatos para poner a sus propias fichas. Tenemos al narcoestado a un paso y, del otro lado, un Estado fallido. Si no damos un golpe de timón ya, no hay vuelta atrás.