El recién estrenado Consejo Supremo Electoral (CSE) de Nicaragua, dominado por magistrados afines al partido del gobernante Daniel Ortega, el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), propuso convocar para el próximo 7 de noviembre elecciones a presidente, vicepresidente, diputados nacionales, departamentales y para el Parlamento Centroamericano.
Los magistrados fueron nombrados el pasado martes y el jueves tomaron posesión. Acto seguido, anunciaron la medida que implica, por ejemplo, que ayer 8 de mayo vencía el plazo para que los partidos políticos hicieran observaciones.
El calendario se publicará en Gaceta Oficial el 11 de mayo y al día siguiente, 12 de mayo, será la inscripción de alianzas entre partidos, lo que da poco tiempo a la oposición para un acuerdo.
La oposición está dividida entre la Alianza Ciudadana, integrada por los partidos Ciudadanos por la Libertad y la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia, y la Coalición Nacional, conformada por Unidad Nacional Azul y Blanco, el Partido Restauración Democrática y el Movimiento Campesino.
Para la Organización de Estados Americanos (OEA), el nuevo CSE “consolida la concentración del poder del FSLN” y “pone en evidencia la falta de voluntad del régimen de tomar acciones en pro de la democracia”.