Ahora Bolillo no está para juegos. Como si estuviera en pleno entrenamiento, hasta el momento ha recorrido más de 800 kilómetros acompañando a los 7 mil migrantes hondureños que a toda costa buscan llegar hasta Estados Unidos.
Bolillo - cuyo nombre se debe a un pan típico mexicano, y también a la manera en la que algunos mexicanos llaman a los “gringos”, porque dicen que el pan es blanco y sin mucho sabor- es un pitbull de color café claro y ojos amarillos, que desde el 13 de octubre salió de San Pedro Sula, Honduras, junto con los migrantes que ayer se acercaban a Mapastepec, en el suroeste de México.
Para alcanzar la frontera con Estados Unidos, a los marchantes les restan unos 3 mil kilómetros de desvelos y sobresaltos, según la ruta que decidan tomar.
La mayoría está con los pies adoloridos, inflamados por el paso constante, llevando a cuestas sus escasas pertenencias, por lo que en estos días el caminar es más lento que rápido.
Pese a que sobre sus accionar pesan las amenazas del presidente estadounidense, Donald Trump, de no dejarlos entrar a Estados Unidos y de cortar la ayuda que esa nación le da a Centroamérica, para ellos parece que no hay sueño que se convierta en pesadilla.
“Somos una gran nación soberana. ¡Tenemos fronteras fuertes y nunca aceptaremos a personas que entran ilegalmente a nuestro país!”, tuiteó Trump ayer.
Mike Pompeo, secretario de Estado de Estados Unidos, dijo por su parte a los migrantes en su cuenta de Twitter que “Estados Unidos tiene un mensaje para los que están en la caravana: usted no tendrá éxito en entrar a Estados Unidos”.
Sombras chavistas
El martes, Pompeo afirmó que el presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, le dijo que la caravana está financiada por el Gobierno de Venezuela y por políticos izquierdistas anónimos.
Ayer, el ministro de Cultura de Venezuela, Ernesto Villegas, aseguró que hace poco Washington señaló que Venezuela estaba en bancarrota y ahora sostiene que financia la caravana de migrantes. “¿Milagrosa recuperación económica en menos de un mes? ¿O se rodó una teja en la Casa Blanca?”, escribió el funcionario en su cuenta de Twitter.
Para la asesora de la Casa Blanca Kellyanne Conway, la marcha es “un asunto muy grave”.
Crece la caravana
La enorme caravana de mujeres, hombres y niños ha ido creciendo según pasan los días, y según el Gobierno de México está conformada ahora por unas 4 mil 500 personas, aunque Naciones Unidas la cifra en unas 7 mil.
Un grupo separado de, al menos, mil migrantes, también en su mayoría hondureños, avanzaba ayer desde la ciudad guatemalteca de Zacapa buscando encontrarse, en algún punto, con la caravana principal. Medios locales aseguraron que el grupo estaba compuesto por unas 2 mil 500 personas.
La noche del martes, los integrantes de la primera caravana acamparon bajo un torrencial aguacero. Unos durmieron temprano para prepararse para la larga caminata y otros hicieron una vigilia, en silencio, por un compañero que murió el lunes tras caer de la parte superior de un camión que los transportaba.
El dueño de Bolillo, Adalberto López, dijo que este “va con el pecho en alto, nadie lo detiene”, tal y como es la filosofía de la caravana.
(Con información del diario hondureño ‘La Tribuna’, DPA, AP y AFP)

