La deforestación ilegal de especies protegidas continúa siendo un problema ambiental, sobre todo en el este de la provincia de Panamá y en Darién.
El Ministerio de Ambiente informó que esta semana fueron detectadas y retenidas 485 piezas de madera de la especie cocobolo, de las cuales 103 habían sido depositadas en un contenedor.
El hallazgo se dio en una finca en la comunidad de Priatí Emberá, corregimiento de Tortí, distrito de Chepo, donde además se encontraron 34 trozas de teca con un aproximado de 6 metros de largo, mismas que se presume sean de procedencia ilegal.
De acuerdo con Oltimio Valdés, director regional del Ministerio de Ambiente en Panamá este, se procedió a la custodia de la madera y se abrió una investigación.
“Esta es un área muy extensa y, en lo que va del año, se han reportado varias retenciones de madera, aunque esta es la más grande hasta el momento”, puntualizó el funcionario.
La especie cocobolo está protegida y su tala regulada en el país, a través de la Resolución AG-0602-2014 del 2 de septiembre de 2014.
Tala en Darién
Además de Panamá este, en la provincia de Darién también hay un gran impacto por la deforestación y tala ilegal.
Cifras del Ministerio de Ambiente dan cuenta que en esta provincia se pierde en promedio 8.1 hectáreas de valioso bosque por día.
El caso más reciente se dio el año pasado, cuando el Ministerio Público abrió una investigación por la presunta comisión del delito de tala ilegal en los bosques Amarradero y Pihuila.
Se trató de hechos relacionados con la deforestación de 188 hectáreas que se encuentran en los bosques ya mencionados y que son áreas protegidas.
Esa vez, según las autoridades judiciales, se pudo verificar que se afectó un gran bosque natural, en el que fueron talados valiosos árboles, como Almendro y Nazareno, con edades entre 200 y 500 años. Igualmente, se vieron perjudicadas aves como las oropéndolas, guacamayas rojas y amarillas, primates y otras variedades de flora y fauna en peligro de extinción.
Para Hermel López, representante de la Asociación de Profesionales de Darién para el Desarrollo Integral y Sostenible, es “lamentable” lo que ocurre en la provincia.
“El impacto es irreversible y los ríos como el Chucunaque están disminuyendo su caudal. Muchos ya no son navegables, tienen mucho sedimento y afectan las tomas de agua para consumo de la población”, manifestó.
Según López, después del Amazonas en Brasil y de la selva del Petén en Guatemala, Darién tiene los bosques más valiosos de América Latina. “Sin duda, Darién es nuestro Amazonas”, añadió.
El también exdirector regional del Ministerio de Ambiente en Darién subrayó que la deforestación se encuentra un poco más controlada, pero sigue siendo un problema ambiental en la zona.
Por ejemplo, dijo que han presentado denuncias ante el Ministerio de Ambiente sobre tala de madera en la parte alta de la provincia, donde hay muchos bosques protegidos. “Ahora, están usando los contenedores para que no se le pueda tomar fotografías a los camiones cargados con tucas de madera”, detalló López.
Acotó que el alto Tuira, muy cerca del Parque Nacional Darién, es una de las zonas más impactadas por la deforestación, por lo que sugirió al ministerio mejorar la fiscalización en el lugar y que no se otorguen permisos para la extracción de madera.
Valiosas tierras
A juicio de Hermel López, parte de esta deforestación se realiza con el fin de acaparar tierras y titularlas.
Recordó que en octubre de 2021, la Fiscalía Regional de Darién y la Fiscalía Superior de Ambiente realizaron allanamientos en residencias e instituciones públicas en los corregimientos de Metetí, Santa Fe y Río Congo Arriba, como parte de procesos por la presunta comisión de delitos contra la administración pública, contra la fe pública y contra el ambiente y ordenamiento territorial.
En ese momento, las autoridades judiciales hallaron documentos, expedientes originales de trámites de instituciones públicas, facturas, equipos informáticos y todo lo presuntamente referente a la adjudicación fraudulenta de tierras, con complicidad de funcionarios.
La investigación surgió a raíz del supuesto acaparamiento de tierras en Pihuila y Amarradero, corregimiento de Camoganti, útiles para la ganadería extensiva y en las que se ha deforestado unas 200 hectáreas, entre montañas y bosques secundarios.
Para 2019, la Autoridad Nacional de Administración de Tierras informó que había suspendido 200 solicitudes de titulación de tierras en Darién, de las cuales varias estaban en reservas ecológicas, como el refugio de vida silvestre laguna de Matusagaratí, el área protegida de Canglón y la reserva Filo del Tallo.
Precisamente, en el Ministerio de Ambiente hay una propuesta para convertir estas tres áreas protegidas en un sitio Ramsar de importancia internacional. La propuesta pasó por un proceso de consulta pública, para luego ser presentada a la Secretaría Ramsar.