El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, consideró “absolutamente ridículo” el lanzamiento de un juicio político en su contra tras la toma del Capitolio por sus seguidores, y dijo que el procedimiento está causando “una inmensa ira” entre sus partidarios.
A su juicio se trata de la “continuación de la mayor caza de brujas en la historia de la política” y dejó en claro que no quería “ninguna violencia”. Además, dijo que su discurso antes de la toma del Capitolio el 6 de enero por una turba que lo apoya fue “totalmente apropiado”.
¿Qué dijo Trump?
Ese día Trump habló durante poco más de una hora ante miles de seguidores que se congregaron en el Monumento a Washington, un espacio entre la Casa Blanca y el Capitolio.
El mandatario arremetió contra sus copartidarios del Congreso a los que calificó como “patéticos” y “débiles” que no apoyaban su petición de detener la certificación de votos que confirmarían a Joe Biden como presidente de Estados Unidos, como de hecho ocurriría más tarde a pesar todos los actos de violencia. “Si ellos no luchan, tenemos que eliminar a los que no luchan”, arengó.
Además, insinuó que se sumaría a la manifestación, cosa que nunca hizo: “Caminaremos hasta el Capitolio y vitorearemos a nuestros valientes senadores y congresistas”.
Sus palabras son interpretadas por los demócratas como incitación a la violencia que dejó cinco muertos en el templo de la democracia estadounidense.
Por esa razón, el multimillonario republicano podría convertirse en el primer presidente estadounidense que es sometido a dos juicios políticos en el Congreso, o impeachment.
Miércoles decisivo
La Cámara de Representantes examinará el acto de acusación este miércoles y debería votar hoy mismo.
En plena tormenta a pocos días del fin de su gobierno, Trump se reunió el lunes por la tarde con su vicepresidente, Mike Pence, quien -según diversas fuentes- ha decidido hacer frente común con él, rechazando los pedidos para apartarle del poder invocando la 25ª Enmienda de la Constitución.
Pero en el Congreso las voces en su contra se multiplican y tienen poder. Apoyado por un gran número de demócratas, y posiblemente de algunos republicanos, el texto de la acusación contra el mandatario debería ser adoptado fácilmente. Si se concreta, esta votación marcará la apertura formal del segundo proceso de destitución contra el presidente de Estados Unidos.
La duda está, sin embargo, en el desarrollo y resultado del proceso que deberá abrirse después en el Senado, de mayoría republicana. Los demócratas tomarán el control de la Cámara Alta el 20 de enero, pero precisarán de la adhesión de numerosos republicanos para alcanzar la mayoría de dos tercios necesaria para destituir al presidente.
Un juicio podría, además, complicar la acción legislativa de los demócratas al comienzo de la presidencia de Biden, monopolizando las sesiones del Senado.
Mientras no lo saquen del poder, la “complicidad” de los republicanos con Trump pone “en peligro a Estados Unidos”, afirmó la poderosa presidenta de la Cámara, Nancy Pelosi.