Un vistazo a la prisión federal de Brooklyn

Un vistazo a la prisión federal de Brooklyn
El Metropolitan Detencion Center, ubicado en el 80 29th Street de Brooklyn, es una de las tres prisiones federales del estado de Nueva York. Fue fundado a principios de los años 90.Tomado de bop.gov


Mientras los hermanos Luis Enrique y Ricardo Alberto Martinelli Linares esperan sentencia por haberse declarado culpables de los cargos de conspiración para lavar dinero proveniente de sobornos pagados por la constructora brasileña Odebrecht, permanecen en el Centro de Detención Metropolitano (MDC, por sus siglas en inglés), en Sunset Park Brooklyn, que tiene la reputación de ser una de las peores cárceles estadounidenses.

Entre las críticas que han tenido más sonoridad últimamente está la de Ghislaine Maxwell, la socialité británica acusada de formar parte de una empresa criminal piramidal que, supuestamente, traficaba menores de edad para que fueran abusadas por el multimillonario Jeffery Epstein y sus amigos.

¿Cómo es el MDC Brooklyn?

Desde su inauguración, a principios de la década de 1990, la instalación carcelaria ha sido objeto de varias investigaciones por abuso de los prisioneros y las condiciones en que están los reclusos.

El estado de las instalaciones ha provocado protestas desde enero y febrero de 2019, cuando 1,700 prisioneros se quedaron sin calefacción ni electricidad. Un hecho ocurrido, precisamente, cuando las temperaturas arrecian en Brooklyn, habiendo descendido en aquel entonces a casi cero grados Fahrenheit (-17 centígrados). Aquello ocurrió cuando el recinto perdió energía y calor al momento en que las unidades que extraían agua de las calderas se congelaron y un panel eléctrico se incendió.

En el apagón, los prisioneros se sentaron en sus celdas oscuras y congeladas por una semana, con poca agua y comida caliente, sin acceso telefónico ni visitas de abogados y familiares. Muchos de los 1,700 residentes del MDC en ese momento no habían sido condenados por delitos y esperaban la celebración de sus juicios al no haber pagado fianza, bien porque un juez no les concedió ese derecho o por no haber podido costearla. La situación llevó a los reclusos a declararse en huelga de hambre. Familiares, políticos y activistas también protestaron, afuera del penal, logrando que las autoridades declararan la emergencia.

En el contexto de la crisis se denunció que los guardias y funcionarios penitenciarios respondieron a estas protestas rociando a los presos con gas pimienta en repetidas ocasiones, ampliando el régimen de aislamiento, negando las comidas a ciertos presos y cerrando los baños en las celdas de los prisioneros en huelga de hambre para que, además de oscuridad y frío, se acumularan las heces y aguas residuales.

La respuesta oficial

Una investigación del Departamento de Justicia (DOJ), a través de la Oficina de Prisiones, determinó cuáles fueron las fallas del sistema eléctrico, pero también encontró violaciones y mala conducta del personal de la cárcel.

La Oficina del Inspector General (OIG) del DOJ emitió un informe que evalúa los problemas ocasionados por el incendio eléctrico que afectó al edificio de varones del penal, que causó el posterior apagón.

Se determinó que, si bien las autoridades del MDC y la Oficina de Prisiones tomaron las medidas adecuadas con respecto a la seguridad al momento del evento, manejaron de manera inadecuada otros aspectos de la situación, como la atención médica, las visitas legales y sociales y la comunicación sobre el mismo evento.

Se formularon nueve recomendaciones para que se eviten situaciones similares en el futuro. Además, el problema eléctrico fue resuelto.

Otras manifestaciones

Las protestas volvieron en el verano de 2020, cuando Jamel Floyd, de 35 años de edad, murió después de que un guardia le rociara con gas pimienta por su conducta descontrolada. En diciembre del mismo año, también hubo manifestaciones por el aumento de los casos de Covid-19 en la prisión.

La cárcel también ha sido investigada por abuso sexual. Un reporte de la Oficina de Prisiones, de 2020, informa que tres guardias del MDC Brooklyn fueron condenados en enero de 2019, “por abusar sexualmente con violencia de al menos seis prisioneras”.

Las investigaciones sobre violaciones en el MDC se remontan a 2004, cuando una nota de Newsweek reveló más de 300 horas de cintas de vídeo que mostraban las condiciones abusivas que padecían los reclusos.

Un vistazo a la prisión federal de Brooklyn
Una de las salas de atención a los reclusos.DOJ

Ghislaine Maxwell

Los abogados de Maxwell han denunciando que esta prisión, ubicada en el 80 29th Street de Brooklyn, presenta condiciones deplorables que la socialité pareciera no estar dispuesta —o por lo menos preparada— a soportar, pues se queja de que su celda tiene un constante “hedor penetrante a aguas residuales”, con “excrementos de alimañas que caen de las rejillas de ventilación”.

Maxwell —en aislamiento desde julio de 2020— asegura a través de sus abogados que el MDC tiene condiciones deficientes; que se filtran aguas residuales en su celda; que recibe comida enmohecida; que está desnutrida; que se le cae el cabello por consumir alimentos calentados con un plástico en el microondas; que no cuenta con agua potable; que por el apagón ocurrido en 2019, los prisioneros deben soportar temperaturas bajo cero, y que los guardias la alumbran con sus linternas cada 15 minutos en las noches, por lo que no puede dormir.

Sus abogados aseguran que las “condiciones asombrosamente espantosas” en las que está Maxwell son “inhumanas, crueles y degradantes”.

Los Martinelli Linares

El MDC Brooklyn alberga a 1,781 presos federales de seguridad administrativa, hombres y mujeres, en unidades de vivienda con bloques de celdas estilo dormitorio, en varios niveles de custodia.

El de Brooklyn es uno de los tres centros de detención federal de Nueva York.

Los presos varones se ubican en 18 unidades de vivienda en seis pisos. Hay dos unidades en el piso superior que son las llamadas SHU y alojan a los que están en detención administrativa o en segregación disciplinaria.

Mientras, el Edificio Este hospeda a las reclusas en una planta, así como también a presos varones en una SHU adicional, en otro piso.

Ambos edificios están conectados por un túnel subterráneo, que el personal de MDC llama “el enlace”.

Los hermanos Martinelli Linares están alojados en celdas, cuya medida es de 6x9 pies, usualmente con dos o más literas con colchones de mediano grosor, cobijas para el frío y un lavabo de metal.

MDC Brooklyn alberga presos en todos los niveles de seguridad, a veces de alto perfil con antecedentes penales de terrorismo, crimen organizado y tráfico de drogas. En general, los prisioneros permanecen allí un promedio de 120 a 180 días, hasta que son condenados y trasladados a instalaciones correccionales para estadías más largas.

El día a día

La rutina es invariable. Un día típico inicia cuando los oficiales del penal abren las celdas a las 6 a.m. y los presos pueden ocupar el área común de la unidad de vivienda, hasta las 9:30 p. m., cuando son sometidos a controles de seguridad.

Cada unidad, que puede albergar a más de 100 reclusos, es supervisada por un oficial correccional. Durante todo el día, los reclusos pueden comer y socializar en el área común; asistir a actividades de educación, religión o psicología; atender los asuntos estipulados en la programación departamental, y utilizar las instalaciones recreativas de la unidad.

Igualmente, en el transcurso de cada jornada, los reclusos pueden acceder a duchas privadas ubicadas en el área común; utilizar la lavandería y los teléfonos; acceder a teléfonos no monitoreados que se conectan a los Defensores Federales de Nueva York, así como también utilizar computadoras monitoreadas para realizar investigaciones legales, solicitar medicinas y atención médica que no sea de emergencia y comunicarse con amigos y familiares.

De tener habilidades para ello, los Martinelli Linares podrían trabajar en una cocina central en el interior del Edificio Oeste, preparando alimentos, los cuales luego serán servidos en cada unidad por los oficiales correccionales, utilizando unos carritos.

Las comidas

Los reclusos reciben un desayuno que suele ser una comida fría; el almuerzo y la cena sí son calientes.

Los oficiales entregan el desayuno en las unidades de vivienda cerca de las 7 a.m., mientras el almuerzo se entrega desde las 11 a.m. y la cena, a las 5 p.m.

Antes de la cena, entre 4:00 y 4:30 p.m., los oficiales llevan a cabo un conteo de los reclusos, durante el cual éstos deben permanecer confinados en sus celdas.

Medicamentos y visitas

Los reclusos tienen derecho a recibir medicamentos de los Servicios de Salud del penal. Los presos forman fila en el área común de su unidad de vivienda y un miembro del personal administra las dosis prescritas. En caso de que alguno esté confinado, el personal de los Servicios de Salud administrará las dosis prescritas en la respectiva celda.

Los reclusos pueden hacer la solicitud de sus medicamentos de manera electrónica.

En cuanto a las visitas, los Martinelli Linares pueden recibir a sus abogados y familiares, pero siguiendo ciertas reglas.

Está establecido que la visita de los abogados es de lunes a viernes de 8 a.m. a 7:30 p.m., y los fines de semana de 8 a.m. a 3 p.m.

Cabe destacar que no existe límite en el número de encuentros que los presos pueden tener con sus abogados.

En lo que respecta a las visitas sociales, estas tienen lugar entre las 12:00 p.m. y 3:00 p.m., así como de 5:00 a 7:30 p.m., cada día.

A diferencia de como ocurre con los abogados, los Martinelli Linares sí tendrán límites en sus encuentros sociales, toda vez que el MDC Brooklyn establece para cada unidad de vivienda un día diferente de la semana para que las visitas sociales se lleven a cabo. Cada preso tiene derecho a una visita social de 1 hora por semana, hasta un total de cuatro visitantes.

Las autoridades carcelarias tienen facultades para establecer regulaciones en las visitas.

Los visitantes deberán completar un formulario y acreditar una relación con el preso antes del encarcelamiento. En caso de que un visitante carezca de una relación previa con el recluso, la solicitud será revisada por el alcaide.

Los visitantes deberán observar algunas reglas sobre vestimenta, como el uso de ropa que no sea provocativa, reveladora u ofensiva.

Esta prohibida la ropa de calle, como abrigos, impermeables, parkas o chalecos hinchados; zapatos abiertos o sandalias, ni con ruedas; camisas o pantalones con agujeros, y ropa militar sin identificación, de color caqui, bronceado o beige. Las faldas, vestidos o pantalones cortos deben tener menos de tres pulgadas por encima de la rodilla. Si la falda o el vestido tiene una abertura, ésta no debe superar las tres pulgadas por encima de la rodilla, entre otras restricciones.

Otros beneficios

Los presos federales no pueden tener teléfonos celulares; tampoco realizar llamadas entrantes.

De modo que los hermanos Martinelli Linares deben sólo realizar llamadas salientes en los horarios aprobados por las autoridades del penal. Todas las llamadas son pagadas a través de la cuenta personal que cada recluso tiene en el penal. También se permite realizar llamadas por cobrar

Todas las llamadas están limitadas a 15 minutos y serán monitoreadas y grabadas.

Se puede recibir y enviar correos electrónicos, pero deben registrarse los contactos para su aprobación.

También tienen una cuenta para adquirir artículos de uso personal, en el comisariato. Esta cuenta puede recibir fondos externos.

Los hermanos Martinelli Linares tendrán una asignación de trabajo regular, siendo las labores de mantenimiento institucional las primeras que reciban como tarea. Esto puede incluir trabajo en el servicio de alimentos, de ordenanza de unidad o de mantenimiento de algún bien o espacio del penal.

El MDC Brooklyn, como otros penales federales, cuenta con programas de alfabetización en idioma inglés y español; educación por correspondencia; servicios de biblioteca de ocio y de biblioteca jurídica; recreación y ocio; arte y manualidades, entre otros.

La pandemia

A las condiciones ya denunciadas en el MDC, se suman los efectos que la pandemia de la Covid-19 ha ocasionado en el recinto.

Un fallo de 15 páginas que aprobó la liberación compasiva de un recluso que sufría de VIH y obesidad, emitido por la jueza federal Katherine Polk Failla, calificó las condiciones en el MDC como “brutales” y mencionó “cierres frecuentes durante largos períodos de tiempo, sin programas, recreación extremadamente limitada, [y] sin visitas sociales”.

Este hecho ocurrió diez meses después de que Jamel Floyd muriera, el 3 de junio de 2020.


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