Hospital Modular: Una investigación con más preguntas que respuestas

Hospital Modular: Una investigación con más preguntas que respuestas


Uno de los primeros escándalos vinculados con la pandemia se produjo a principios del año pasado, cuando una investigación de este medio dio detalles sobre la construcción del polémico hospital modular de Albrook para pacientes de la Covid-19.

Durante semanas, este medio preguntó repetidamente el origen y calidad de los módulos usados en esta obra, pero nunca recibió respuesta directa del Ministerio de Obras Públicas –a cargo de la estructura– ni de la empresa contratada, SmartBrix Centroamérica, S.A. ni de la Contraloría.

La Fiscalía Especial Anticorrupción decidió investigar, tomando como referencia las publicaciones de La Prensa, a las que se sumó el programa Sin Filtro, de Radio Panamá, hechas en mayo y junio de 2020. Pero la investigación de la fiscal Anilú Batista –nombrada por el antiguo procurador Eduardo Ulloa– no fue concluyente.

“Todos los elementos de convicción reunidos y analizados en su conjunto descartan por completo la tesis de la existencia del hecho punible de fraude en las contrataciones públicas, ya que no existe indicio de opacidad en la incorporación de las propuestas hechas por los competidores al Ministerio de Obras Públicas, más bien se comprobó que se trata de dos propuestas diferentes en su contenido, emanadas por la empresa Turmaks…”, argumentó Batista.

“Podemos concluir de manera fehaciente –añadió– que las estructuras modulares que se encuentran dentro de la construcción del Hospital Integrado Panamá Solidario no son reutilizados”. Y así remató la investigación la fiscal, luego de que este medio corroborara meses atrás la importación de Costa Rica de 160 módulos de segunda, por parte de SmartBrix, la misma cantidad usada para hacer el hospital.

A pesar de que la mayor parte de las publicaciones de este medio se centró, precisamente, en el asunto de los módulos de segunda, cuando este medio preguntó, en septiembre de 2020, quién y cuándo los importó, el contralor general de la República, Gerardo Solís, respondió: “Eso no lo sé, yo no pregunté eso”. Y aún así, otorgó el refrendo al contrato de SmartBrix.

La ¿licitación?

El Ministerio de Obras Públicas (MOP) fue encargado por el Gabinete para construir el hospital. Para ello, el titular, Rafael Sabonge, dispuso hacer un concurso por invitación. Las invitadas fueron tres empresas, dos de ellas controladas por donantes de la campaña de Laurentino Cortizo: TKL Import & Export y VA Project. Incluso, una de ellas, de un exsocio del titular de la cartera, Rafael Sabonge. Pero esto no llamó la atención de la fiscal Batista.

Habiendo invitado al “acto público” a dos donantes de la campaña electoral que lo convirtió en ministro de Estado, ¿habría sido posible que SmartBrix o su presidente, Nitesh Mayani, también hubiese donado a la campaña del PRD en 2019? La Prensa se lo preguntó directamente a Sabonge, pero él no respondió.

Lo que pasó tras recibir el encargo del Gabinete parece haber sido un acto de simulación para darle apariencia de concurso al “acto público” adjudicado a SmartBrix.

Las empresas “invitadas” por Sabonge llegaron a involucrar a empresas de Turquía, especialistas en la fabricación de hospitales móviles, entre ellas, Turmaks, cuyo gerente general, Alí Tunc Kemaloglu, se enteró del asunto gracias a una alerta de Google, que lo llevó hasta medios panameños que informaron del caso.

Citaciones en Turquía

La Prensa tuvo acceso a la Carpeta 202000024896, que contiene las entrevistas hechas por la fiscal Batista el 6 de octubre de 2020, a través de videollamada, al gerente y subgerente general de Turmarks, Alí Tunc Kemaloglu e Ismail Oguz Aroymak, respectivamente, quienes acudieron a la citación virtual en la Embajada de Panamá en Ankara, donde dieron sus testimonios con la ayuda de un intérprete y en presencia de la embajadora panameña, Mariela Sagel.

TKL Imports and Exports –sociedad desconocida para Kemaloglu– presentó una oferta al MOP para construir el hospital con elementos prefabricados. La propuesta, empero, tenía el supuesto aval de la empresa Eltekser Medical Corporation, que representa a Turmaks en Panamá, y que preside Selcuk Sarigul, apoderado de esta y conocido de Kemaloglu desde el año 2017, según contó a la fiscalía.

Kemaloglu declaró que supo del nombre de TKL el 28 de mayo de 2020, a través de un artículo periodístico que hablaba de la licitación para construir un hospital en Panamá, entre cuyos proponentes figuraba su empresa. Al leer de ello, recordó haber hecho una cotización a Smartbrix para un supuesto hospital en Colombia de 250 camas, a un costo de $7.7 millones.

“La primera comunicación que tuve con Smartbrix fue con el gerente, Nitesh Mayani, el 15 de marzo del 2020 a su correo electrónico, nmayani@smartbrix.com, a quien le envié un correo el 25 de mayo de 2020 –antes de la publicación–, y no tuve respuesta. Le volví a escribir el 29 de mayo de 2020, le pregunté por el estatus de la propuesta en Colombia, y si habían presentado la misma para Panamá. Como no recibí respuesta, contacté el periodista Leonardo Grinspan”, por entonces, reportero de Radio Panamá.

A su turno, el subgerente Ismail Oguz Aroymak, afirmó a la fiscalía que cuando Selcuk Sarigul se mudó a Panamá llevó consigo catálogos de Turmaks para promocionar los productos de Turmaks. En marzo de 2020, en medio de la pandemia, Sarigul pidió una propuesta de hospitales modulares pequeños o medianos, que le fue enviada, declaró Oguz Aroymak a la fiscalía.

“El 13 de marzo de 2020, se envió la primera [propuesta] a Eltekser o a Sarigul; constaba de un hospital modular de 58 camas, 48 normales y 8 para cuidados intensivos y 2 para emergencias. La propuesta contenía área para recepción, triage, cuarto de emergencias, resucitación, farmacia intensiva, área de almacenamiento, letrinas, generador, tratamiento de aguas, deshechos médicos, y cuarto de rayos x digitales”, describió.

“Nosotros nos enteramos por la alerta de Google. No participamos de ninguna licitación ni autorizamos a nadie para que participara a nombre de Turmaks. Un particular puede participar bajo su propio nombre con nuestros productos, pero no bajo el nombre de la empresa”, aclaró el subgerente.

El ejecutivo añadió que contactó al representante de Turmarks en Panamá el 28 de mayo de 2020 para preguntarle directamente si sabía algo de la licitación. Este le respondió que no había participado, que probablemente le dio una propuesta de Turmaks a una empresa de tres letras, llamada TKL, una de las invitadas por Sabonge al “acto público” del hospital, al que se presentó con una oferta de casi $17 millones.

Sobre el costo de la oferta, el subgerente de Turmaks agregó que en la propuesta original se sugirieron $2 millones, pero que el representante final puede subir el precio.

“No fui informado…”

En su declaración, Alí Tunc Kemaloglu contó la sorpresa que se llevó al darse cuenta de que la propuesta enviada el 13 de marzo de 2020 a Eltekser Medical Corp. –para un hospital de 50 camas en Panamá– había aparecido en la licitación del hospital modular sin previo aviso, sin firma y a nombre de la empresa TKL.

“Nuestro representante en Panamá, Selcuk Sarigul, dueño de Eltekser Medical Corp, reconoció el documento [de la licitación] cuando fue citado a la fiscalía, pero ellos no están autorizados para fijar precios y, de concretarse la venta, Eltekser gana una comisión, como del 5%-10%. En este caso, no fui informado de las propuestas presentadas al Gobierno”, explicó Kemaloglu.

Reveladores correos

El último contacto entre Turmaks y el gerente general de Smartbrix, Nitesh Mayani, fue el 17 de marzo del 2020, luego de que la empresa turca le enviara las cotizaciones solicitadas. Tras este intercambio de mensajes, las noticias a Turquía llegaron por vía de las alertas de Google.

El 15 de marzo de 2020, Mayani envió un correo a Turmaks (info@turmaks.com.tr), en el que afirmaba haberse ganado una licitación para construir un hospital contra la Covid-19 en Colombia, de 250 y de 500 camas. En ese correo, Mayani solicitó a Turmaks la cotización de un hospital modular turco.

La empresa no tardó en responder. La noche del 15 de marzo, el representante de la compañía turca pidió a Mayani que se identificara y que al otro día le enviaría la propuesta, ya que, por la urgencia con la que pedían uno de sus hospitales, habría que incluir un costo adicional por el transporte vía área.

Horas después, Mayani respondió, presentándose como gerente general de Smartbrix. Aceptó el costo adicional por el transporte aéreo y solicitó la cotización desglosada y especificaciones técnicas por equipo. El 16 de marzo, Turmaks envió a Mayani su propuesta para un hospital modular de 250 camas. El representante de Smartbrix acusó recibo de la propuesta y volvió a solicitar el envío desglosado.

En otro correo, Mayani requirió otra propuesta para un hospital modular, en este caso, de 100 camas: 80% de observación, y 20% para UCI, que cumplieran los estándares de la Organización Mundial de la Salud para enfermedades infecciosas.

La respuesta, con propuesta incluida, llegó al correo de Mayani. Turmaks le informó que lo enviado era un modelo aplicado para enfrentar el nuevo coronavirus en otros países.

En busca de respuestas

Luego de dos meses sin novedades, los representantes de Turmaks, le enviaron un correo, el 25 de mayo de 2020, a Nitesh Mayani, con copia al representante de Smartbrix en Bogotá, Alejandro Lega, a fin de restablecer comunicaciones y conocer el estatus de la propuesta enviada en marzo. En esta, sumaron al diseño contenedores para hacer diagnósticos tempranos y separar los pacientes de UCI de los estables; contenedores que irían sin costo adicional.

Días después, Turmaks volvió a solicitarle una respuesta a Mayani: La empresa le adjuntó el enlace de la noticia publicada en Panamá sobre la construcción del hospital modular. Además, le solicitó informar sobre la licitación en Colombia, al tiempo que le consultaba si había presentado la propuesta para Panamá.

Nitesh Mayani nunca más respondió.

Preguntas sin respuesta

La fiscal Batista ordenó el pasado 8 de julio archivar provisionalmente el caso, pese a que aún hay preguntas sin respuesta. Por ejemplo, hasta ahora se desconoce cómo se permitió que las propuestas de la empresa turca terminaran sin autorización del fabricante en un acto público en Panamá o si la propuesta de Smartbrix es originalmente de ella.

Tampoco se sabrá por qué ni SmartBrix ni el MOP ni la Contraloría presentaron a este medio las facturas del embarque de los supuestos contenedores nuevos usados para construir el hospital, cuando este medio insistentemente y durante meses preguntó por estas.

¿Por qué el titular del MOP se limitó a decir que lo de Turmaks y SmartBrix era un problema entre empresas, cuando hay involucrados fondos públicos? Tampoco se sabrá por qué el contralor nunca preguntó, antes de dar el refrendo al contrato, si los contenedores eran nuevos o de segunda ni si Mayani o su empresa fueron donantes de la campaña del PRD.

Al cierre de esta edición no se ha recibido respuestas de Nitesh Mayani, gerente general de SmartBrix, a las tres llamadas realizadas a su oficina y a los correos enviados para conocer su versión de los hechos.

Archivado el caso, quedaron muchas interrogantes y muy pocas respuestas.

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