“El Ministerio de la Presidencia considera que el Lic. Carlos Alberto García Molino es un profesional apto para el desempeño de sus funciones en el puesto que se le ha ofrecido en el gobierno”.
Así respondió el Ministerio de la Presidencia a este medio, que le preguntó si el nuevo viceministro de la Presidencia era idóneo para el puesto, luego de que La Prensa publicara su vínculo con los cuestionados negocios del empresario Gabriel “Gaby” Btesh.
García Molino, quien se desempeñó como secretario general de la Contraloría en la pasada administración, figuró como firmante de cuentas bancarias de varias empresas de Gaby Btesh, entre estas, de la compañía Angel Wings Life Team Inc., investigada por cobrar vuelos que no se habrían efectuado y que ocasionaron perjuicios al Estado por, al menos, $14 millones.
Siendo secretario general de la Contraloría, García Molino no declaró conflicto de interés cuando trabajó en esa institución, a pesar de que vio auditorías relacionadas al empresario, para quien había trabajado previamente, y las firmó.
Precisamente, entre las funciones de su cargo figura la coordinación de reuniones de trabajo, entre estas, con el equipo de auditoría.
A García Molino, el Ministerio Público no lo investigó, como sí se hizo con otros de los involucrados en el caso.
Cuando fue llamado por otra instancia judicial, la Fiscalía General de Cuentas, presentó un recurso de controversia que cerró el expediente en lo referente a su persona.
“Le reitero, además, que tampoco firmé auditoría alguna, en mi calidad de Secretario General de la Contraloría General de la República, ya que una función como esa, NO estaba incluida en las responsabilidades propias de mi cargo, como muy claro queda señalado en artículo 59, de la Ley 32 de 8 de noviembre de 1984” [SIC] contestó por correo electrónico.
Sin embargo, según los procesos y la costumbre interna en la Contraloría, una vez culminada una auditoría, firmada por el equipo de auditores, el documento pasa al Departamento de Asesoría Legal de la institución, que lo devuelve con los ajustes pertinentes -si los hubiese- a la dirección de auditoría.
Luego, el director de auditoría lo remite al secretario general para su revisión, quien puede hacer aportes al informe, devolverlo o, luego de revisarlo, remitirlo al contralor para su refrendo.
Cumplido el paso de la validación del contralor, el informe entonces es remitido a la Secretaría General para ser sellado y firmado para autenticación y darle validez jurídica, tal como lo establece el Código Judicial.
Tras este proceso, la auditoría se convierte en un documento público que sirve de prueba en los diferentes tribunales, tal como se hizo con dos auditorías realizadas a los llamados “vuelos fantasmas”.
García Molino, quien dijo que fue “contador o auditor” de las empresas de Btesh -empresario del llamado “círculo cero” del expresidente Ricardo Martinelli- al ser consultado sobre este posible conflicto de interés y la razón por la que no se declaró impedido, dijo a La Prensa que no recordaba que antes de trabajar en la Contraloría era firmante en la cuenta bancaria de Angel Wings Life Team.
Por la investigación del conjunto de empresas que cobraron vuelos al Estado y que no se hicieron, entre estas Angels Wings Life Team Inc, hay llamamiento a juicio a cinco exministros de la administración Martinelli.
“Como consta en los documentos que le hice llegar oportunamente, entre el 1 de enero del 2011 y el 7 de marzo de 2016, nunca firmé ni recibí fondos o autoricé transferencias de la cuenta corriente No. 95020000013373901 de la sociedad Angel Wings Life Team”, afirmó García Molino.