El derechista Iván Duque y el exguerrillero Gustavo Petro definirán en una inédita segunda vuelta en junio la presidencia de Colombia, tras una primera vuelta que mostró a un país dividido en torno a un histórico pacto de paz.
Apadrinado por el expresidente Álvaro Uribe, Duque se impuso ayer con el 39.11% de los votos, aunque no alcanzó la mitad más uno de los votos que le hubiera evitado la segunda vuelta, según la autoridad electoral.
Con el 25.1%, Petro se quedó con el segundo puesto y el derecho a disputar para la izquierda su primer balotaje en este país gobernado históricamente por la derecha.
En la primera elección sin conflicto con las FARC en medio siglo, Duque se llevó el triunfo precisamente con su promesa de modificar el pacto de paz con el que fuera el grupo rebelde más poderoso de América.
La elección definitiva, que definirá el sucesor de Juan Manuel Santos a partir del 7 de agosto, se llevará a cabo el 17 de junio.
No obstante su buen desempeño (nunca antes la izquierda había obtenido casi 4.9 millones de votos, cerca del doble de su mejor resultado en 2006), Petro deberá esforzarse mucho para remontar a su rival.
Para la segunda vuelta deberá enfrentar muy seguramente una coalición de fuerzas conservadoras y de derecha que temen un gobierno de corte chavista contrario a la propiedad privada.
“En segunda vuelta se va a evidenciar la polarización (...), pero no creo que haya alianzas formales con Petro. Puede haber acercamientos, pero no alianzas”, sostuvo Andrés Macías, analista de la universidad Externado de Colombia.
De ser presidente, el exguerrillero tendrá un Congreso de mayoría derechista.
Petro sacó de carrera al exgobernador de centro Sergio Fajardo (23.7), al exvicepresidente derechista Germán Vargas Lleras (7.26) y al exnegociador de paz Humberto De La Calle (2.6%).
Fajardo y DeLa Calle rehusaron aliarse con Petro para enfrentar al candidato del Centro Democrático que fundó Uribe, tras las legislativas que evidenciaron la fuerza de la derecha más opuesta al proceso de paz.
Este domingo la abstención se situó en el 47%, en línea con el histórico del 50%. Duque (41 años) se ganó el favor de los votantes con un discurso conservador que defiende la empresa privada y el recorte de impuestos y de la burocracia.
Petro (58) promete, en cambio, profundas reformas económicas, entre ellas gravar la tierra improductiva.
“Quiero un país de legalidad, de lucha frontal contra la corrupción, un país donde se respire seguridad en todo el territorio, quiero un país de emprendimiento”, dijo Duque al votar en Bogotá. Petro, en tanto, abogó por un “presente y futuro” sin odio ni venganza, que deje atrás “las maquinarias corruptas”.
A casi tres horas del cierre de las urnas y con más del 99% de las mesas escrutadas, el exalcalde de Medellín, Fajardo, aceptó su derrota para avanzar a segunda vuelta en los comicios.
Sin embargo, Fajardo no dijo a quién apoyaría en la siguiente ronda, donde los 4.5 millones de votantes que lo apoyan serían decisivos.
Por su parte De La Calle, que lideró las negociaciones de paz con el extinto grupo guerrillero, obtuvo aproximadamente el 2% de la votación.
En un discurso frente a sus seguidores se abstuvo de apoyar a Gustavo Petro o Iván Duque, que pasarán a la segunda vuelta el 17 de junio. Asimismo, pidió que sus seguidores hagan “lo que les dicte su conciencia.”
Acuerdo y desacuerdos
El fin de medio siglo de enfrentamiento con los rebeldes marxistas puso sobre el tapete preocupaciones como la corrupción, la desaceleración económica, el servicio de salud y el repunte del narco que castiga las fronteras con Venezuela y Ecuador.
Sin embargo, el pacto con el ahora partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC) obra como un partidor de aguas.
Duque promete modificar el pacto de paz de 2016 para impedir que los rebeldes implicados en delitos atroces ejerzan la política sin antes haber pagado un mínimo de cárcel.
Por su parte, Petro, que militó en los años 80 en el disuelto movimiento M-19, prevé honrar los compromisos que garantizan que los ex jefes guerrilleros reciban penas alternativas a prisión si confiesan crímenes y reparan a las millones de víctimas de un conflicto en el que también participaron paramilitares de ultraderecha y agentes estatales. Ningún candidato compitió por tomar las banderas de Santos, que dejará el poder tras dos mandatos de cuatro años marcados por su baja popularidad.
En su intento por sellar una paz completa, Santos también dialoga con el Ejército de Liberación Nacional (ELN) -última guerrilla activa que declaró una tregua unilateral por elecciones-, mientras combate a disidentes de las FARC y bandas narcotraficantes.En esta coyuntura, el coletazo migratorio de la crisis en Venezuela ha ganado espacio.
Una polarización anterior a los comicios presidenciales
“Colombia está polarizada desde antes de las elecciones. La polarización se hizo evidente en las campañas por el Sí y el No del plebiscito” por la paz, señala Andrés Macías, investigador de la Universidad Externado. Aunque los opositores del acuerdo vencieron por mínimo margen, el presidente Juan Manuel Santos sacó adelante el convenio que desarmó el año pasado a unos 7 mil combatientes, pero aún falta por implementar el sistema de justicia que garantiza verdad y reparación a millones de víctimas. También están pendientes reformas rurales.