Varsovia. - ¿Tiró él la toalla o le obligaron a hacerlo? La sorpresiva renuncia del primer ministro polaco Kazimierz Marcinkiewicz tras casi nueve turbulentos meses al frente del gobierno, abre muchos interrogantes.
Una cosa sí es segura: Los gemelos que están al frente del Estado, del partido gubernamental y del gobierno, serán los que rijan el destino de Polonia. En la jefatura del Estado se encuentra Lech Kaczynski, 20 minutos mayor que su hermano Jaroslaw Kaczynski, el presidente del partido nacionalista conservador Ley y Justicia (PiS) y que será el primer ministro.
Tan solo hace unos días, Marcinkiewicz volvió a bromear cuando unos peridiostas le formularon la pregunta que no ha parado de repetirse desde que llegara al gobierno: si iba a dimitir. "Dentro de un año -replicó- me volverán a hacer la misma pregunta y lo les daré la misma respuesta: No tengo intención de dimitir".
Pero posiblemente a Marcinkiewicz no le quedaba otra alternativa. El viceprimer ministro Andrzej Lepper está convencido de que el jefe de gobierno no abandona voluntariamente el cargo, sino que ha sido obligado a presentar su renuncia. Lepper es presidente del Partido de los Campesinos, Samoobrona, de corte radical.
No era ningún secreto que la coalición con Samoobrona y el partido nacionalista Liga de las Familias Polacas (LPR) no formaban la constelación ideal para Marcinkiewicz.
El abierto euroescepticismo de los socios de la coalición no hizo las cosas fáciles para el jefe de gobierno en sus encuentros con los colegas europeos y no solo porque la participación del LPR en el gobierno haya conducido a que la Eurocámara emitiese una declaración expresando su preocupación por el creciente antisemitismo y homofobia en Polonia.
Los políticos del LPR ya han protagonizado en el pasado escándalopor ejemplo la semana pasada, cuando uno de sus eurodiputados elogió al dictador español Francisco Franco.
Lepper argumentó la renuncia de Marcinkiewicz por sus excesivos contactos con la oposición. La plataforma liberal PO era en realidad el socio deseado por Marcinkiewicz para la coalición y en la tarde del jueves el hasta ahora jefe de gobierno se reunió con el líder del PO, Donald Tusk, sin informar a la directiva de su partido del encuentro.
Cuando Tusk habló en público del encuentro, la posición de Marcinkiewicz se complicó.
"Cesado por demasiada independencia", apuntaba ayer el canal de noticias TVN 24.
El diario Dziennik informó remitiéndose a uno de los participantes, que Marcinkiewicz parecía "un perro apaleado" durante la reunión que mantuvo con la cúpula de su partido. Nadie defendió al político, especialmente querido por la población, agrega la información.
Marcinkiewicz ha sido derrocado cuando decidió dar pasos en solitario, comenta el diario Gazeta Wyborcza sobre el jefe de gobierno, considerado competente. Para el diario liberal se perfila ahora un panorama sombrío: "Pobre Polonia, acosada por el PiS, LPR y Samoobrona".
