“Para viajar lejos, no hay mejor nave que un libro”
Emily Elizabeth Dickinson
Este pasado 7 abril de 2019 se conmemoró el 130 aniversario del nacimiento de la excelsa maestra chilena Gabriela Mistral. Única mujer que hasta la fecha ha ganado el Premio Nobel de Literatura en Latinoamérica.
Mistral nació para cantarle con singular aroma al universo, su impactante trayectoria literaria es sinónimo de honra y gloria universal. Su legado es inspiración para todos, especialmente para ustedes, mujeres artistas, que siempre deben tenerla presente en su mente.
Si realmente deseamos darle color de renombre planetario a nuestro nombre, nunca debemos rendirnos. Gabriela nos demostró que su fiel optimismo, persistente trabajo, fe y afición a la lectura, la convirtieron en una mujer exitosa e imborrable en la historia literaria, ella fue despreciada múltiples veces por innumerables personas egoístas que no deseaban verla triunfar, jamás claudicó a su vocación. Leer su obra literaria es el más dulce homenaje que le podemos brindar hoy y siempre.
Lucila de María del Perpetuo Socorro Godoy Alcayaga, conocida mundialmente como Gabriela Mistral nació el domingo 7 de abril de 1889 en Vicuña, Chile, y falleció el jueves 10 de enero de 1957 en Nueva York, Estados Unidos. Fue escritora, poeta, maestra y diplomática. Su poesía ha sido traducida al inglés, francés, italiano, alemán y sueco.
Todo artista desea de alguna u otra manera honrar a sus maestros que tanto admiran y muchos famosos tienen seudónimos de apellidos o nombres de las personas que los han inspirados para desarrollar sus talentos. Lucila Godoy decidió recordar a través de su seudónimo a dos de sus maestros.
“Su primer gran éxito literario fuera del ámbito regional ocurrió el 12 de diciembre de 1914, cuando obtuvo la más alta distinción en los Juegos Florales de Santiago por sus Sonetos de la muerte. Desde entonces utilizó el seudónimo de Gabriela Mistral. Gabriela, en honor al poeta italiano Gabriele D'Annunzio (1863-1938) y Mistral en honor al escritor francés Frédéric Mistral (1830-1914).
Pablo Neruda y Gabriela Mistral se conocieron en Temuco, en 1920. Él se llamaba Neftalí Reyes, era un alumno de 16 años y se aprontaba a rebautizarse como Pablo Neruda. Mistral escribió casi al final de sus días sobre Pablo Neruda: “Una vez me prohibieron desde allá [Chile], y por orden de González Videla, recibir en el consulado a Neruda. Qué poco me conocen. Me hubiera muerto cerrándole la puerta de mi casa al amigo, al gran poeta y, por último, a un chileno perseguido y a quien en sus primeros pasos influi con lecturas que le seleccioné y que afirmaron su recio espíritu”.
Pablo Neruda escribió: “No me extrañó cuando entre sus ropas sacerdotales sacaba libros que me entregaba y que fui devorando… Ella me hizo leer los primeros grandes nombres de la literatura rusa que tanta influencia tuvieron sobre mí”.
