Reflexión. Para el artista panameño Luis Aguilar Ponce este acto cobra su mayor significado al momento de pintar. Quizás por ello, en sus obras es notable su afán por compartir conocimientos e invitar al espectador a pensar.
Aguilar Ponce cerró los ojos el pasado domingo. Su cuerpo ha dejado de existir, pero su trabajo permanece para continuar su labor, ponderada y docente.
“Era muy sencillo”, afirma el animador cultural y encargado de la Unidad del Plan Nacional de Lectura del Instituto Nacional de Cultura (Inac), Carlos Fong, quien lo recuerda como un artista muy enfocado en sus estudiantes.
Aguilar Ponce se inició en la plástica en la década de 1960. Estudió junto a maestros como Manuel Medina, Juan Manuel Cedeño, Alfredo Sinclair y Carlos Arboleda, por ejemplo, antes de partir a México, donde realizó una especialización artística y su primera exposición pictórica.
A su retorno a Panamá laboró como docente y posteriormente como director del Instituto Nacional de Artes Plásticas.
También fue embajador en India y subdirector nacional de educación artística del Inac y en su haber yacen un sinnúmero de exposiciones, premios y representaciones internacionales.
“Era un hombre muy completo y culto”, continúa Fong, aludiendo a su carácter afable y a las largas tertulias que solían sostener sobre el acontecer cultural panameño.
El pintor Luis Olaciregui describe los lienzos de Aguilar Ponce como obras saciadas de creatividad, fuerza y color.
Para Olaciregui, el legado artístico de Aguilar Ponce trasciende por su preocupación por el desarrollo de la artística nacional y su habilidad para visibilizar la identidad del país.
“Y es que era un hombre impetuoso”, detalla la pintora y docente Dilsa Rivera, quien fuera su alumna durante un período de seis años.
Explica Rivera que Aguilar Ponce era un pintor de vanguardia. “Siempre moderno y apegado al cambio”.
Para la artista, también docente en el bachillerato de arte diversificado del Inac, la entrega por la enseñanza y una técnica siempre renovada destacan como patrimonios principales tras su partida.
“Dime, te escucho. Cuéntame tus ideas y formemos una sola”, eran algunas frases memorables que calaron en Rivera y que hoy procura aplicar en su profesión como educadora.
Luis Aguilar Ponce fue un artista que sostenía que Panamá debía de avanzar. “Ya nadie enseña de esa manera”, señala Rivera, quien opina que sus obras, de grabado y pintura así como sus temas sobre la humanidad, el erotismo y el color, se perpetúan hoy como algunas de las reflexiones con las que Aguilar Ponce inspiró a tantas generaciones.