Si de algo sabe México es de contaminación del aire: cada cierto tiempo, la capital se paraliza por el humo de automóviles, industrias e incluso el volcán Popocatépetl, pero ahora un grupo de ingenieros tiene una propuesta para reducir el problema.
Se trata de BioUrban, una especie de árbol artificial que como sus pares naturales absorbe la contaminación y devuelve aire limpio. El invento mexicano parece promisorio, en especial para quienes más padecen la contaminación: peatones, adultos mayores y ciclistas.
“Lo que hace este sistema, a través de la tecnología, es poder inhalar esa contaminación y luego utilizamos a la biología para que realice el proceso natural como lo realiza un árbol”, dice Jaime Ferrer, socio cofundador de BiomiTech, la joven empresa detrás de BioUrban.
La estructura metálica -una mezcla entre un árbol y una torre posmodernista- capta la contaminación y a través de microalgas en su interior realiza un proceso de fotosíntesis los 365 días del año para devolver el aire limpio. Uno solo de los dispositivos realiza la labor de unos 368 árboles reales, según sus creadores.
Pese a esa cifra, Ferrer señala que el invento -que tiene una altura de cuatro metros y casi tres de diámetro- no busca sustituir a los árboles reales, sino complementarlos, ya que por sus características el sistema puede estar ubicado en zonas donde es difícil reforestar.
Puede instalarse “en lugares de alta afluencia peatonal, vehicular, de ciclistas, de terminales de transporte, donde no se puede plantar una hectárea de árboles”.
El primero de estos artefactos fue instalado en la capital de Puebla.
BioUrban es solo una forma de paliar un problema mayúsculo. Cada año mueren en el mundo unas 7 millones de personas debido a la contaminación atmosférica, según la Organización Mundial de la Salud.
En ciudad de México, el problema afecta la calidad de vida de sus cerca de 20 millones de habitantes.