Al aire libre, frente a cuatro parrillas y como si cocinaran en el jardín de su casa, chefs argentinos, uruguayos y chilenos mostraron en un festival gastronómico en Colombia parte de sus tradiciones a través del asado, la práctica culinaria más primitiva que existe.
Según estos cocineros, que se citaron en la ciudad de Medellín (noroeste) para participar en Maridaje 2015 y compartir sus conocimientos, el asado va más allá de poner un trozo de carne en contacto con el calor.
La receta se ha convertido en estos tres países del Cono Sur en “más que una preparación culinaria”, casi una “fiesta pagana”, dijo el chef chileno Fernando Mayorga.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) reveló en un informe de 2014 que los argentinos lideran el consumo de carne en América Latina con 84.7 kilogramos per cápita por año; Uruguay en segundo lugar, con 82.9 kilogramos, y Chile está de cuarto con 72.5 kilogramos.
Mayorga explicó que el asado chileno es quizás el que tiene más diferencias por el tipo de aderezo que le ponen a la carne antes de empacarla al vacío para que “penetre” el macerado y sea más “intenso” el sabor.
En Argentina buscan comer las carnes con “puntos sangrantes”, donde los jugos todavía “están vivos” y así quedan más “blandas y sabrosas”, explicó el chef argentino Sergio Molina.
En Uruguay, según el chef Javier Hoffman, a la carne solo le ponen sal antes de enviarla a la parrilla y usan todo el animal, porque allí se comen “desde los intestinos hasta las glándulas”.