Remedios Rosas caminaba por una calle de la ciudad de México cuando vio a siete bailarinas vestidas con tutú caminando de puntillas por la acera, con la barbilla alta y esperando junto a otros peatones para cruzar la calle. Cuando el semáforo se puso en verde, la música comenzó a sonar y saltaron a la calle dando vueltas ante los sorprendidos conductores.
El espectáculo de 58 segundos - lo que dura un semáforo de la capital mexicana en cambiar de color - forma parte de la iniciativa de una compañía de danza para alegrar el día a los conductores en los cruces de esta vasta metrópolis conocida por sus atascadas calles.
Rosas corrió a casa y regresó con sus dos nietos para disfrutar de las actuaciones callejeras, ambientadas con canciones que fueron desde piezas de ballet como El lago de los cisnes o El cascanueces hasta Rock With Me, de Michael Jackson. El sistema de sonido era un boombox conectado a un iPod. Luchando contra el ruido de las bocinas de los autos y el traqueteo de los motores en este vecindario del noroeste de la ciudad, el grupo bailó siete canciones distintas, cada una de ellas con una coreografía y un vestuario propios. “Nunca creímos que iba tener este impacto”, dijo una de las bailarinas, Manuela Ospina Castro.