Una sobre otra, las líneas tienen secuencias ordenadas cual superficie textil y otras, disímiles, en la nueva colección de la artista panameña Ana Elena Garuz.
En total, 12 obras conforman “Bottom line”, su más reciente y bautizada colección de pinturas, en la que ha aplicado su tradicional técnica de la composición del collage o el menudo corta y pega geométrico, que luego de unificado da origen a novedosas creaciones.
“Bottom line” está en exhibición en la nueva ubicación de la galería Diablo Rosso, en Santa Ana. Entre la colección hay una pieza de 2.50 por 3.30 metros de largo, hecha de cuerda y vinil, mientras que las demás en formatos más pequeños corresponden a pinturas y dibujos.
Antecedente
La pintora se fija en las líneas de sus obras terminadas y lo primero que le viene a la mente es el trazado de calles de una ciudad. Fue en su trabajo anterior, al presentar una versión renovada de una obra antigua de la artista Helene de la Fontaine, resguardada por el Museo de Arte Contemporáneo, donde realizó que la técnica de la cuadrícula fue material de estudio, en su paso por la Universidad de Nueva York o The Savannah College of Art and Design, en Georgia, dos instituciones que encausaron su gusto artístico por el color.

“Coincidentalmente las pinturas para ‘Bottom line’ ya las estaba haciendo pintadas en cuadrículas. En las pinturas las usé para referencia del elemento organizacional”, explica la artista nacida en 1971.
Empleando elementos como la cuerda, el vinil y, su especialidad, el dibujo, Garuz va cimentando en sus cuadros una estética particular. Y a toda costa, evita darle un significado, una simbología a sus trazos. Siguiendo la teoría de la norteamericana Rosalind Krauss, que ve en las cuadrículas el “anuncio de la voluntad del silencio del arte y su hostilidad respecto a la narración”.
¿Cuál es su intención con ‘Bottom line’? Es, “no forzar pensamientos o narraciones que no son propias de mi naturaleza como artista”, argumenta.
La artífice de “Bottom line” prefiere concentrarse en las influencias del diseño, la historia del arte, la abstracción y el minimalismo. “Me interesa el uso de la línea en el espacio. Mi trabajo es controlado, directo, técnico y, obsesivamente, concentrado en la búsqueda de una perfección que la mano no puede hacer”, plantea.
Interesada en la provocación del silencio y la absoluta contemplación, presenta su “Bottom line”, que viene siendo un homenaje a la esencia lineal.
La exposición, que inaugura mañana a las 5:00 p.m., se instala en la galería Diablo Rosso hasta el 22 de septiembre.
