Café Tacvba alcanzó la fama desafiando la estética del rock con su fusión de ritmos y elementos folclóricos. Pero ahora, la banda -posiblemente la más celebrada del rock mexicano- enfrenta el reto de derrumbar otros clichés al envejecer y celebrar sus 30 años.
Para el vocalista Rubén Albarrán, el cuarteto -considerado por la revista Rolling Stone el equivalente mexicano de los Beatles- llegó ayer a su 30 aniversario con una “gran madurez artística y musical”, y muy unido pese a “los momentos difíciles”.
Preguntado si está permitido envejecer en el rock and roll, Albarrán se ríe, y después se pone filosófico.
“Supongo que en el mejor de los casos, será lo mismo para un roquero que para un cumbiambero, un escultor o un abogado. (La edad) es una flor muy bella que va abriendo el entendimiento, la paz y la armonía con uno mismo”, dijo Albarrán.
“Llegamos con la alegría de seguir haciendo lo que a uno le gusta, de no haberse doblegado, de haber creído en uno mismo (...) Y como dicen: ‘viejos los cerros y reverdecen’, así mismo”, agregó el cantante de 52 años.
Café Tacvba -nombrado así por una legendaria cafetería en el centro histórico de ciudad de México- dio su primer concierto el 27 de mayo de 1989, en El Hijo del Cuervo, un bar al sur de la capital mexicana.
Modas y estilos musicales han ido y venido en las tres décadas que siguieron, pero la música del cuarteto -también integrado por los hermanos guitarristas Joselo y Quique Rangel, y el pianista Emmanuel del Real- parece no caducar.