“¿Así que él puede ir al retrete y yo no?”, pregunta un irritado cliente en un restaurante de Londres, Inglaterra. “Es un derecho humano básico”, insistía el malhumorado cliente sin entender por qué se le negaba el acceso al llamado “excusado”.
Resulta que el local impidió el paso por un día a uno de cada de tres clientes para llamar la atención sobre el hecho de que una de cada tres personas en el mundo no tiene acceso a un inodoro, unas 2 mil 300 millones de personas.
Más caras con expresiones confundidas y respuestas airadas se vieron durante todo el día, especialmente cuando el actor que hacía de miembro del personal del restaurante decía que había otro baño disponible a unos pocos kilómetros del restaurante.
La intervención fue realizada por la fabricante británica de productos para la limpieza de baño Harpic, previa al Día Mundial del Retrete, una conmemoración organizada por Naciones Unidas para crear conciencia sobre este servicio que redunda en beneficio para la salud.
Casi 1 millón de personas mueren por enfermedades vinculadas a agua contaminada, falta de condiciones sanitarias y de higiene poco óptimas, según cifras de la Organización Mundial de la Salud, Unicef y la Unión Internacional para las Telecomunicaciones.