El domingo es la final de Concurso Nacional de Oratoria, y los representantes juveniles de las 10 provincias y dos comarcas del país evalúan qué papel está jugando la juventud de cara al cercano torneo electoral.
El enfoque ha sido producto del tema que acompañará las disertaciones de los finalistas: “El rol de la juventud en la democracia: educación, transparencia y participación activa”, en el que se han preparado durante un mes y medio en la Academia Nacional de Oratoria, en conjunto con sus profesores asesores.
Para Maura Mosaquites, representante de Bocas del Toro, la democracia ha sido malinterpretada por los jóvenes, reduciéndola al acto de emitir un voto. “Votar es una pequeña parte de la democracia”, dice, y distingue que “tampoco” es “hablar mal de un político o poner un simple hashtag en la red social, sino se hace un aportar de ideas para mejorar nuestra realidad como país”.
Por su parte, Alexis Hernández, de Coclé, concibe la participación juvenil de una forma distinta a la tradicional, puesto que mediante la apertura a las redes sociales, afirma que sí existe una interacción y debate sobre la realidad nacional. “Gran parte de la población está empezando a ser consciente de que debe ser parte de la democracia”, apunta.
La apatía de la juventud hacia los temas políticos, Rachel Burgos, de Herrera, la atribuye a que se ha relegado por años la opinión de este segmento de la población, una barrera que se puede vencer mediante la obtención de información y conocimiento en los procedimientos electorales. “Debemos reafirmar que estamos aquí para cumplir con un cambio y plantear soluciones innovadoras”.
Con Burgos coincide el chorrerano Diomedes Santos, quien aspira a convertirse en presidente. “La educación es la única forma de crear un pueblo participativo; es por medio del conocimiento que se puede obtener equidad desde la capital hasta las comarcas”.
El papel de la juventud se ha estancado, cree Cristian Salazar, representante de Los Santos, que sueña con ser en el futuro administrador del Canal de Panamá. “Emiten críticas, pero no en tomar acciones para romper el círculo vicioso”. Él mismo ha optado por convertirse en un modelo de inspiración. “Transmito mis ideas para que así otros jóvenes se animen a alzar su voz”, reafirma.
Angie Colman, de la comarca Guna Yala, recuerda que en estos comicios el 20.5% de votantes será joven. “Si los jóvenes se capacitan, revisan las propuestas de los candidatos, podrán escoger mejor”, propone.
Para Madeline Miranda, de Darién, no se debe esperar hasta los 18 años para pensar en el país. “El cambio lo debemos hacer nosotros, no esperar a que sea el gobierno. Hay que participar, involucrarse y expresar ideas sin temor”, sentencia.
Elis Pitano, representante de Veraguas, refuerza que el eje de la democracia es la participación ciudadana, que viene siendo el más descuidado, puesto que la relevancia se la achacan exclusivamente al sufragio.
Con ella coincide Yarelis Jiménez, de la comarca Ngäbe Buglé, en cuanto a tener iniciativas e involucrarse en temas sociales.
En esa dirección, Liz Arrocha, de Colón, sugiere que “la democracia ha de ser practicada incluso en el hogar”.
En tanto, Jeanne Marie Roner, de Panamá centro, apuesta al empoderamiento juvenil y la educación como mecanismo de una participación activa en el quehacer nacional, que viene mermando no solo en la juventud, sino en la población general ante el descrédito de los actores de la política actual.
La chiricana Wendy Pinzón piensa que hace falta mayor motivación para el segmento juvenil, que se encamine a la búsqueda del bien común.