Los vecinos de un pueblo en el centro de China destruyeron una escultura del fundador del país, Mao Zedong, después de que las imágenes de la estructura cubierta de pintura dorada, que se alzaba 37 metros (120 pies) sobre un terreno agrícola, provocara encendidas discusiones en medios sociales.
El proyecto, que según medios estaba financiado por empresarios, costó 460 mil dólares y estaba cerca de terminarse cuando fue atacado por las autoridades locales, al parecer avergonzadas por el escrutinio público. La estatua podría haberse construido sin aprobación de las autoridades de gestión cultural, según People’s Daily, diario oficial en inglés del Partido Comunista chino.
Sin embargo, el diario citó a un funcionario que decía que ese no parecía ser el motivo. Desde su muerte en 1976, Mao ha sido una figura tanto venerada como padre fundador como culpado de la inestabilidad política.