El príncipe Enrique y su esposa Meghan hablaron abiertamente en televisión sobre los problemas que atraviesan como miembros de la familia real británica, desde el distanciamiento con Guillermo hasta la dura presión a la que se sienten sometidos por la prensa.
Enrique, de 35 años, es desde hace tiempo objeto de rumores sobre unas relaciones cada vez más distantes con su hermano mayor Guillermo, de 37 años. En un documental rodado durante la reciente gira de la pareja por el África austral, y difundido el domingo por la noche en el canal ITV, reconoció que “inevitablemente, pasan cosas” debido a la presión que imponen sus roles como miembros de la realeza. “Somos hermanos. Siempre seremos hermanos. Seguimos sin duda por caminos diferentes en este momento, pero siempre estaré ahí para él, así como sé que él estará siempre ahí para mí (...)Como hermanos, ya saben, hay buenos días y malos días”. Tras mudarse del palacio de Kensington, donde vivían con Guillermo y su esposa Catalina, Enrique y Meghan rompieron en junio con la fundación que compartían ambas parejas, lo que disparó la especulación sobre las tensiones entre los dos hijos del príncipe Carlos y la difunta Diana, alimentadas por una supuesta mala relación entre sus esposas.
Con lágrimas en los ojos, la exactriz estadounidense, duquesa de Sussex desde que se casó con Enrique en 2018, admitió en la misma entrevista, que este año fue “difícil” debido a la presión mediática en un momento en que se sentía “vulnerable” por su embarazo y el nacimiento de su hijo. “No hay mucha gente que haya preguntado cómo estaba yo”, lamentó Meghan.