El Reino Unido aplica desde hace unos días un impuesto a las bebidas azucaradas con el objetivo de reducir el consumo de azúcar entre los más jóvenes y la creciente obesidad infantil.
“Nuestros adolescentes consumen de media el equivalente a una bañera llena de bebidas azucaradas cada año, lo que contribuye al preocupante desarrollo de la obesidad en el país”, subrayó en un comunicado el secretario de Estado de Salud Pública, Steve Brine.
Según datos del Gobierno británico, un tercio de los niños que comienzan la educación secundaria en Inglaterra tienen sobrepeso o están obesos. Más de la mitad de los fabricantes tomaron medidas después de que se anunciara el nuevo impuesto, hace dos años.