Paul Gauguin, francés y genio posimpresionista, llegó a Panamá buscando el paraíso. No lo halló.
¿Cómo imaginó ese pedazo de tierra de dos mares y a sus habitantes? Es la respuesta que intenta dar -131 años después de la estancia de Gauguin- la artista polaco-panameña Rachelle Mozman, en su exposición: “El espejo opaco de Gauguin”, que se muestra desde hoy, a las 7:00 p.m., en la galería ArteConsult, ubicada en San Francisco.
Gauguin se había autoexiliado, rehuyendo de un amor no correspondido en Francia, y se empecinó con establecerse en Panamá. En parte, había algo de conveniencia en su decisión: su hermana y su cuñado residían en el país y podían dotarle de albergue. Su residencia estuvo apartada de la urbe, situada en la isla de Taboga, cercana a la capital.
Frecuentemente sus aventuras fueron documentadas por medio de cartas de la época, algunas sacadas de la correspondencia de su amigo Charles Laval, por las que se supo que trabajaba como uno más en tareas afines al primer intento de la construcción de un canal interoceánico.
El ideal de Gauguin era encontrar personas “salvajes”, de “rasgos primitivos”, de “raza pura”, enumera Mozman del porqué, más pronto que tarde, las ambiciones del artista se fueron transformando en desilusión. Se entiende también que por la naturaleza de sus pinturas pretendía encontrar un especie de catálogo de mujeres que resultaran musas para sus obras y por supuesto, para su ego y atracción personal, en una vida reseñada por muchos como “errante”.
En la frenética fantasía de Gauguin se inspira Mozman, para dar nacimiento a la serie de ocho cuadros fotográficos, dos collages y un videoarte.
En los cuadros aparecen mujeres negras, de serena mirada, recostadas sobre un sofá, tumbadas en la arena, o rodeadas de un jardín. Otra parte de las fotos se hicieron en un estudio en Brooklyn, Estados Unidos, jugando con colores pastel como era la preferencia en los trazos del maestro. En las instantáneas también la artista introduce elementos que dan pistas de la vegetación tropical.
La curiosidad por esa breve estadía de Gauguin en Panamá le llegó a Mozman cuando vio en 2014 una muestra curada sobre el célebre pintor en Nueva York llamada “Metamorphoses” (Metamorfosis) instalada en el Museo de Arte Moderno, MoMA. “Me impactó que esta fantasía sobre la gente en Tahití le sirve de referencia y cimiento a la obra del artista”.
Gauguin renegaba de su procedencia, le hastiaba la vida parisina, que no volvería a habitar, por eso cuando se fue cabizbajo de Panamá, escogió otro destino exótico en la Polinesia: Tahití, una de las islas del arcuipiélago de las Marquesas, donde murió tras verse derrotado por una cuestionada enfermedad.