El sofá que otros usan para ver los partidos por estos días, es el escenario desde donde la intérprete María Gabriela Cotter -mejor conocida por Gaby Cotter- difunde su diáfana voz.
Cotter se despidió de los espacios de Panamá en 2015, en sitios privados, con una serie de presentaciones de su primera producción musical Gaby Cotter & InGroove Project, en las cuales interactuaba con su esposo, el flautista Melvin Lam, y luego ambos se establecieron en Boston, Estados Unidos, tras ganarse unas becas para estudiar en el Berklee College of Music.
Durante una breve estancia en Panamá, por receso académico, Cotter está deseosa de compartir su fuerza interpretativa, y este 5 de julio trae el debut de la segunda parte de sus Sesiones de Sofá 507 (The Couch Sessions 507), transmitidas en directo desde su cuenta de Facebook, todos los domingos de julio, a las 7:00 p.m.
“Me encanta poder llegar a mi gente, darle un tiempo de relajamiento, en especial los domingos cuando todo está en calma”, dice la cantante panameña.
Primeros pasos
La carrera de Cotter empezó desde su infancia en Chiriquí. Su madre, con una voz privilegiada, fue guiándola en su iniciación con juegos y canciones infantiles. “Le regaló el amor por el canto”, atestigua Wanda Castillo, quien fungió en su adolescencia como su primera maestra oficial de canto.
Aprendió a tocar guitarra y pronto se convirtió en compositora. “La música es su pasión”, reconoce la docente, algo que le ayudó a sobresalir del resto de sus alumnos.
“Crecí oyendo desde valses peruanos, coplas, sevillanas, rancheras, boleros, hasta hard rock y música árabe”, reconoce la cantante, gracias a la colección de discos que poseía su padre, a quien considera un “adicto a la música”. Con ello ganó el dominio de diversos estilos musicales.
Cantar desde el sofá nada tiene que ver con una actitud de conformismo. “Además, es desde el sofá del estudio”, aclara.

Por el contrario, su mentora la califica como “muy disciplinada, organizada y sistemática”, enumera Castillo, directora por 22 años del Coro Polifónico de la Universidad Autónoma de Chiriquí, donde Cotter ocupó una plaza con tono contraalto, por dos años en su paso por el campus.
Fue Castillo quien le recomendó continuar por la senda de la música popular, cuando Cotter aspiraba a ser cantante de ópera, durante sus primeros años de formación en la capital en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Panamá.
“Su voz es inigualable, todo un encanto, y ha crecido mucho en su carrera”, manifiesta Alexandra Cortez, frecuente contratista para recitales en locales privados y restaurantes.
Conquistas
Durante su incursión en Boston, Estados Unidos -donde se especializa en canto y pedagogía vocal desde 2016-, tuvo participación en el mundo artístico. Formó parte del elenco del musical In The Heights y fue una de las solistas del concierto “Divas Latinas” interpretando temas de cantantes femeninas importantes de Latinoamérica. En el Festival Musical Latin American Vive tuvo la oportunidad de interpretar el tema original Dame Dame, del compositor y productor colombiano Javier Cuello, y fue escogida por el Instituto de Música Mediterránea para cantar junto a uno de los cajoneros más importante del mundo, Israel El piraña Suárez.
En las trasmisiones de sus Sesiones de Sofá 507, Cotter también interactúa con sus seguidores y les da la oportunidad de proponer parte del repertorio. Cada sesión tiene duración de 30 minutos y se difunde en sus redes sociales.

