Se confeccionan toda clase de prendas típicas como tembleques de perlas, gusanillo y escamas...
Se hacen y se venden polleras, coletas, basquiñas, peinetas, camisillas, montunos, zapatos y sombreros pintados... Velas para el amor o el mal de ojo, imágenes de la Virgen o de su santo favorito para que los proteja.
La Calle 13 Este desde hace varios años dejó de funcionar para el tránsito vehicular y dio paso a los quioscos de comerciantes.
Su nombre tradicional, Salsipuedes, se lo debe a su pasado de escándalo y crimen que le fue característico a este sitio cuyas primeras referencias datan del siglo XVII de acuerdo con historiadores como Alfredo Castillero Calvo y Ángel Rubio, aunque otros plantean que el famoso mercado coincidió con la llegada de los chinos.
Primeras referencias
La Calle 13 Este es una de las más típicas y populares de Panamá.
Las primeras referencias a esta calle tan famosa se encuentran en uno de los primeros mapas de la ciudad de Panamá, fechados para finales del siglo XVII (luego de la destrucción de Panamá La Vieja en 1671, la “nueva” ciudad de Panamá se trasladó a los barrios de San Felipe y Santa Ana, hoy conocido como Casco Antiguo).
En Salsipuedes se reúne una gran cantidad de puestos callejeros que ofrecen todo tipo de mercancía al por mayor.
Desde el siglo XVIII, la zona fue poblada por inmigrantes españoles y durante la existencia de la ruta de oro, y el sector de Santa Ana gozó del auge económico de la época. Después decayó y se sumergió en un letargo comercial, cultural y social.
Salsipuedes hacía referencia al peligro del área, ya que se situaba en la parte más pobre de la ciudad, al punto de que a los residentes de San Felipe (la zona más pudiente) se les recomendaba evitar pasar por esa calle después del atardecer “si querían permanecer vivos”.
Con los años, la calle fue cambiando su reputación por la llegada de los comerciantes chinos que vinieron durante la construcción del Ferrocarril de Panamá a mediados del siglo XIX y establecieron sus primeros negocios en Salsipuedes.
Restaurando la bajada
La Alcaldía de Panamá renovará la fachada de Salsipuedes. La siguiente fase, que se inicia en enero de 2016, incluye remover los quioscos que están donde se conectan la Peatonal con la Avenida B.
El alcalde capitalino José Isabel Blandón ha dicho que los trabajos de restauración incluirán nivelar la calle con la acera, reparar el sistema de desagüe y mejorar la iluminación del área, además de arreglar la fachada de los edificios e instalar cámaras de vigilancia.
Los quioscos de cartón, madera y metal que fueron demolidos por orden de la Alcaldía de Panamá serán remplazados por modelos de acero galvanizado, estructuras de hierros y cubierta de termopanel. Cada puesto tendrá una malla para colocar la mercancía y una vitrina para que los peatones puedan verla.
La leyenda
Cerca atracaban los buques cargados de víveres y pasajeros. Traían frutas, aves, huevos, queso, raspadura, miel, carbón y otros productos nacionales. Concurrían comerciantes, carretilleros, playeros, vendedores ambulantes, rufianes, consumidores, jugadores de profesión y contrabandistas.
Tantas personas daban a la calle un permanente aspecto de feria, por la multitud, el bullicio y lo alegre, además del activo comercio que en ella se hacía.
Por la noche, aquellas grandes barracas oscuras, sucias y malolientes, en donde se habían verificado las grandes y pequeñas transacciones durante el día, se transformaban en centros de juegos, antros de lenocinio, cuevas de contrabandistas, burdeles inmundos, en donde se jugaba la fortuna, y a veces, hasta la vida.
Ahí, en Salsipuedes, se cometía toda clase de crímenes, desde la más leve riña hasta el asesinato más atroz. El ritmo de la música ocultaba los disparos y los botellazos. El filo de la navaja brillaba en más de una ocasión y la sangre corría mientras se oían gritos, insultos y lamentos.
La entrada a la calle no era un obstáculo, solo la salida requería de un poco de suerte para no dejar en ella la ropa, el dinero, el pellejo, el honor o la vida.