A Mariza, la mujer que desde hace años cruza fronteras para encandilar con su voz incluso a públicos a priori tan ajenos al fado como el sueco, probablemente nunca llegó a pensar que el mundo que más le sorprendería sería el de la maternidad. “No recuerdo cómo era mi vida antes de tener a mi niño”, destaca.
La artista recibe una distinción en los premios radiofónicos Ondas, la primera que le otorgan en España, y aprovecha para promocionar su último disco de estudio, que llega cinco años después de Fado tradicional (2010) y siete tras el último integrado por temas inéditos, Tierra (2008). “Ser madre lo cambia todo. Sentía la necesidad de pasar más tiempo con mi niño y esta es una vida de saltimbanqui, cada día en una ciudad diferente. No me parecía lógico privar a un niño de unas raíces”, alega. La maternidad es la explicación al largo tiempo transcurrido entre esos discos (en 2014 publicó sus grandes éxitos) y su nueva producción, Mundo.