“Io e io”, la nueva exposición del artista puertorriqueño José Lerma se inspira en la mítica historia de “Io y Júpiter”, solo así, se puede entender por qué aparecen, de forma perenne, ojos en las obras que ahora ocupan la nueva sala de exhibición de Diablo Rosso, reinstalado en el edificio Heurtematte, frente a la plaza Santa Ana, en la avenida Central.
Io, en el mito, es una doncella convertida en vaca para ocultarla y evitarle la furia de la esposa de Zeus, con quien la doncella había tenido un amorío fugaz. A su vez, en su condición de animal, es vigilada por Argus, un monstruo de 100 ojos, que nunca duerme, sus cuencas se cierran por turnos.
Io, en la vida real del artista, es su esposa, y quien a su vez ha inspirado esta selección de cuadros dibujados por él. El título de la muestra tiene un significado más personal, un juego de conceptos y vocales, desgrana Lerma, “vine de ‘Io’ (mi esposa) e ‘ io’ (yo)”, dice orgulloso de “yo y yo” en italiano, añade el creativo.
José Lerma
Pintor
Además de la serie de cuadros, Lerma -cuyas anteriores obras han sido expuestas en influyentes galerías de Nueva York, Chicago, Detroit, Bruselas y Milán- pone un ambiente elíptico al espacio santanero, al añadir una alfombra luminosa que irradia expresión índiga a sus trazos caricaturescos desde el piso. “He trabajado con acrílico sobre alfombra desde 2008. Para mí, trabajar en alfombra es algo entre el dibujo en papel y óleo en el lienzo”, argumenta el pintor sobre el detalle en esta su primera muestra individual en el istmo.
Su esposa Io Carrión también es artista y cómplice de Lerma. Juntos crearon en 2014 el proyecto “Los turistas”, expuesta en el entonces Diablo Rosso del Casco Antiguo.
En 2016, Lerma participó en una colectiva con sus colegas Donna Conlon y Jonathan Harker, titulada “Objects in the rearview mirror are closer than they appear”, que intentaba cuestionar la estructura del poder estadounidense antes de que Donald Trump se sentara en la silla presidencial.

