A caballo entre la novela y el teatro, el escritor español Vicente Molina Foix anunció que su próxima novela cerrará la trilogía iniciada con El abrecartas (2007), su obra más exitosa, que le dio el premio nacional de narrativa.
Durante su presencia en Arequipa, para participar en la primera edición del Hay Festival en Perú, Molina Foix adelantó que su nuevo título mezclará“la historia de un país y la vida íntima de unos personajes, tanto reales como inventados”.
“La primera novela contaba esto mediante cartas y correspondencias, y la segunda lo hace desde una historia personal”. La tercera lo hará de una manera distinta, “que aún no sé muy bien porque todavía estoy experimentando”, explicó.
El segundo libro de su trilogía es El invitado amargo (2014), escrito junto a Luis Cremades, cuya historia será motivo de una charla entre Molina Foix y el escritor peruano Alonso Cueto en el Hay Festival, que concluyó el pasado martes.
Molina Foix recordó además que en enero sale publicado en España “un libro muy voluminoso, de casi 600 páginas”, que recoge todos sus ensayos literarios bajo el título Enemigos de lo real, y que espera que pueda llegar a Latinoamérica.
El escritor indicó que aprovechará su presencia en Arequipa para buscar a “esa última generación” de escritores peruanos que, “por razones obvias de edad, no han tenido el impacto de las anteriores”, entre los cuales destacó a Jeremías Gamboa. “Además, estoy en un proceso de inmersión para releer a Garcilaso el Inca, que en mi opinión es el primer gran escritor del continente americano en lengua castellana y cuyo mestizaje cultural, religioso como lingüístico, es enormemente apasionante”, añadió.
Molina Foix valoró que actualmente hay “bastante intercambio entre la literatura latinoamericana y española”, que consideró mayor al de hace 10 años “cuando hubo un momento de mayor falta de sintonía” y también en el momento del boom de la novela latinoamericana.
“El boom fue excepcional. No solo por los escritores, que eran de gran calidad, sino porque vinieron en un momento en que la literatura española estaba un poco decaída, porque los modelos de la novela anterior que había en España no nos interesaban tanto, al estar mediatizados por un realismo crítico un poco estrecho”, dijo.
