Cinco años después de que Detroit se declarara en bancarrota, la vida nocturna en la ciudad de la música Motown está volviendo a renacer. Los bares y clubes nocturnos que mezclan la herencia musical afroamericana de esta localidad del Medio Oeste y una creatividad brotan como hongos en el hogar de The Temptations. Y hasta Aretha Franklin, la mismísima reina del soul, quiere ser parte del movimiento que se desarrolla desde el barrio de Corktown, detrás de la estación de trenes de la ciudad, a través del Midtown y todo el camino hasta el distrito financiero.
Conceptos nuevos como los restaurantes pop-up (efímeros) cohabitan con locales de música en vivo que ofrecen rock, pop, dance, hip hop, jazz, funk y folk, en un vibrante coctel que refleja la influencia indeleble de la ciudad en la escena musical estadounidense.
“Detroit está en auge en este momento”, dice Troy Ramroop, propietario de The Grasshopper Underground, un club de música electrónica que ha producido varios Dj de moda. Asegura que no hace mucho tiempo los amantes de clubes en Michigan tenían que ir hasta Chicago o Nueva York para estar de fiesta toda la noche.
“Hay mucho que hacer aquí. Siempre ha habido esa música en todas partes. Es buena música”, afirma Shari Staples, una melómana que pasa el rato en el Northern Lights Lounge. En ese club se presenta Dennis Coffey, uno de los guitarristas de The Temptations, emblemático grupo de la disquera Motown en los años 1960 y 1970. “La música siempre ha sido parte del ADN de Detroit”, asegura Coffey.