En silencio y vestidas de un luto riguroso, más de un millar de mujeres abrieron el pasado 1 de noviembre una nueva jornada de manifestaciones en Santiago, dos semanas después del inicio de la inusitada y extendida crisis social que sacude a Chile.
“Justicia, verdad, no a la impunidad”, corearon las manifestantes frente a La Moneda, la sede del gobierno, al final de la protesta, rompiendo el silencio que guardaron en gran parte de su recorrido por la Alameda, la principal avenida de la capital chilena.
Crisis social en Chile
Con vestidos negros y pañuelos blancos rindieron honor a “los caídos”, en alusión a la veintena de personas que murieron en medio de las protestas.
Cargada de simbolismo, cuando el país y gran parte de la región celebra el día de los difuntos, la marcha tuvo momentos de tensa calma cuando las mujeres en silencio y con sus puños en alto se colocaron frente a filas de efectivos de policías que observaron sin intervenir.
Las protestas, que comenzaron hace 15 días contra un alza de las tarifas del ferrocarril metropolitano, derivaron en un intenso y extendido movimiento contra el gobierno y las políticas implementadas en el país.
A la veintena de muertes, confirmadas por el gobierno, se suman 1.305 heridos, de acuerdo al reporte del Instituto Nacional de Derechos Humanos de Chile (INDH).
El INDH llevó a la justicia querellas por tortura, violencia sexual supuestamente cometidas por las fuerzas de seguridad, que en la primera semana estuvieron reforzadas por militares que patrullaron las calles en medio de un estado de emergencia decretado por el presidente Sebastián Piñera.