Bailarines electrizados por el ambiente de un público entregado: la cultura hip hop brilló este fin de semana en Bombay, capital india del cine de Bollywood, durante la gran final mundial de break dance.
“¡Soy un hombre superfeliz!”, declaró Menno van Gorp, sin casi creerlo y agotado muestra una amplia sonrisa después de haberse entregado para lograr su tercera final mundial del Red Bull BC One. Algo nunca visto en 15 años de existencia.
El b-boy (nombre dado a los bailarines de break dance) holandés se alimentó de un público al que aprecia particularmente para vencer a su adversario en la final, el temido kazajo Killa Kolya. Ambos contrincantes libraron una battle (batalla) antológica, realizando movimientos increíbles en el suelo, retorciendo sus piernas hasta el infinito, girando sobre la cabeza -un clásico de este género- o agitándose boca abajo apoyados en una mano.
La battle es un juego de cinco minutos en el que cada bailarín muestra sus destrezas, y en el que participa el público gritando su entusiasmo o su desaprobación durante la ejecución de las acrobacias.
Con los brazos extendidos hacia ellos, acompañan a los acróbatas que bailan al ritmo de una potente música, de estilo pop/hip hop.
Menno no cesó de pedir el apoyo ruidoso del público para conseguir la energía que necesitaba. Con apenas 13 años, Rhaul Saket, disfrutó con esta primera final en su país, tras haber descubierto el break dance hace solo 6 meses. “Me ha encantado el show, me apetece aprender todavía más. Solo sé algunos pasos básicos pero estos bailarines esta noche son realmente brillantes y verdaderamente inspiradores”, declaró.
El break dance, o breaking según la terminología correcta, nació en los años 70 en el barrio del Bronx en Nueva York y resurge ahora con fuerza desde que se anunciara su inclusión en el programa olímpico en 2024, en París.