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Música que conecta

El cantautor y abogado panameño Horacio Valdés conversa sobre su presente y pasado vinculado con la música. Su disco más reciente se llama ‘Viajar liviano’.

Música que conecta

Desde que recuerda Horacio Valdés, la música siempre ha sido su fiel compañera.

“Mis padres eran muy musicales. Siempre había música sonando por algún lado. También recuerdo vivamente que me gustaba cantar en la ducha y que me gustaba cómo sonaba mi voz con la reverberación. Podría tener como 4 o 5 años”, rememora este cantautor panameño quien acaba de presentar su disco en solitario Viajar liviano.

Comenzó a escribir canciones a los 18 años. “Vivía en Inglaterra y con unos amigos formamos un grupo. Se llamaba The Elastic Band. Solo tocábamos covers en los bares de un pueblito que se llama Arundel. Nos pagaban con cerveza, ni siquiera con la cena, solo cerveza”.

Fue cuando pensó que debían tener piezas de sus autorías dentro del repertorio que brindaban. “Yo era el baterista, muy, pero muy malo, por cierto, y me puse a escribir sin saber tocar guitarra muy bien, solo para poder tocar algo propio. Lo que salió no ha sido mi mejor trabajo, aunque todavía me acuerdo de cómo iba la canción”, indica Valdés.

Hay influencias que marcan en un nivel subconsciente y en su caso fueron su mamá y su abuelo. “Me cuentan que mi abuelo era un tipo muy musical. Tocaba muy bien el piano de oído, pero nunca lo escuché. Mi madre sí estudió en el Conservatorio Nacional. Mi hermana y yo la acompañábamos. Si no hubiese estado expuesto a la música desde temprana edad, no creo que hubiese sido músico. Uno emula lo que ve en su casa desde chico, y eso aplica para todo, no solo para la música”.

Fue en 1987, en un bar en Arundel (Inglaterra), cuando subió a un escenario en plan cantante. “Recuerdo que dentro del baño de los hombres el retrete no tenía puerta, y aun así, había gente que lo usaba como si nada. Mucho humo de cigarrillo, borrachos bocachos, mujeres con el pelo enorme, piso pegajoso por la cerveza derramada, y quién sabe por qué más, un sonido horrible, cero monitores. Pero cuando tocamos Twist and Shout (The Beatles) se prendió el lugar. Esa fue mi primera retroalimentación de un público que no estaba compuesto por amigos míos. Y se sintió bien”.

HACER SENTIR

Quien fuera integrante de bandas nacionales como Son Miserables,  Post y Nave manifiesta que las mayores satisfacciones que le ha dado la música es “poder hacer sentir a la gente que escucha mis canciones y poder enriquecer la vida de esas personas. Compartir con músicos locales y de muchas partes.  Todos los músicos son personajes sensibles, inteligentes, y por lo general, felices.  Son demasiado importantes para la sociedad”.

Preguntado sobre dónde reside la clave del éxito de un músico, responde que eso es algo relativo. “¿Qué es el éxito? ¿Dinero?  ¿Fans?  ¿Fama? Mi definición del éxito es tener la posibilidad de expresarte a través de la música y conectar con otros seres humanos.  Si eres capaz de expresarte con un instrumento o con tu voz, y otra persona recibe ese mensaje que lo mueve de alguna manera, creando un estímulo o conexión, del tipo que sea, creo que has sido exitoso”.

 

A SOLTAR LAS AMARRAS Y A SER FELICES

 

De la época en que formaba parte de la banda Son Miserables, Horacio Valdés recuerda con estima el cariño de sus fanáticos.

“Cariño que siempre nos entregaron a nosotros como personas, pero también el  amor y pasión que sentían y siguen sintiendo por nuestras canciones.  El cariño genuino de la gente por lo que hacíamos.  Me quedo con eso para siempre”, comenta.

-¿Qué representa tu presencia en Son Miserables,  Post y Nave?

Fueron tres proyectos diferentes con diferentes piezas clave y donde la personalidad de sus integrantes está muy bien representada en la música que se hacía.  Con Son Miserables la propuesta era más acústica, más tirando hacia la trova de Silvio Rodríguez y Pablo Milanés y el country estadounidense.  Luego en Post el interés era hacer algo más rockeado, más británico quizás.  Con Nave quería trabajar con Juan Ramón Della Togna y José Manuel Correa, quien además de excelentes amigos son músicos que admiro y respeto mucho. El común denominador es mi compadre Nano Alemán, baterista, compositor y arreglista en todos.

AMBIENTE

-¿Cómo era el ambiente musical de entonces?

Había más lugares donde presentarse, pero eso obedecía al tipo de música que la gente escuchaba en ese entonces.  El rock en español estaba en su apogeo, y el público lo consumía.  Ahora el gusto musical ha cambiado.  La gente escucha más urbano.  La convocatoria siempre fue muy buena.   Fuimos muy afortunados, y yo lo sigo siendo al tener una base de fans que todavía se interesa por escuchar lo que tengo que decir.

-¿Cómo es hoy?

Hay de todo para todos.  Todos los géneros están bien representados.  He aprendido con los años que el público panameño es exigente, y no permite propuestas chabacanas.  Si el producto es bueno, el artista tendrá su espacio. Si eres malo, poco a poco perderás el apoyo.  El mercado se encarga de depurar las propuestas.  

Hay un movimiento de cantautores que ya tiene cierto tiempo, pero sigue tomando auge que me parece que es fantástico.  Se llama Tocando Madera, organizado y gestionado por Yigo Sugasti.  El movimiento le da la confianza al cantautor de salir a presentar su propuesta.  Además de promocionar la música de cantautor en el país, el movimiento sirve como sistema de apoyo para que el artista se pueda sentir cobijado por una comunidad que piensa igual que él,  donde todos están remando hacia la misma dirección y con el mismo objetivo. 

GUSTOS

Consideras tus referencias musicales a The Beatles, Bob Bylan, Tom Petty y Rubén Blades.

Esos gustos son producto de la música a la que estuve expuesto de pequeño.  Uno gravita hacia la música que le llama la atención a uno, y a mí me interesa la música muy melódica y con letra.   Los Beatles son los más melódicos, y Blades y Dylan son poetas genios.

Tres canciones tuyas fueran grabadas por Blades.

Es un honor.  Me dio proyección internacional y prestigio, pues los discos donde están incluidas esas canciones todos ganaron el Grammy.  Estoy colaborando con él con cuatro canciones en un disco que llamará Mixtura.   Le estoy muy agradecido por todo el apoyo que siempre me brindó.  Es mi padrino y un gran amigo.  Después de triunfar afuera, Rubén empezó en 1996 a mirar hacia adentro de su país a buscar talento.  Apoyó a Los Rabanes, a Son Miserables, a Roberto Delgado y su orquesta y a mí.  Y ha grabado sus últimas producciones en estudios locales.

SOLISTA

¿Qué te impulsó a lanzarte como solista?

Inquietudes musicales.  Tener más control.  Siempre me gustó la convivencia del grupo.  Es por eso que he lanzado siete discos y todos con banda. Pero pensé que ya era tiempo para hacer un proyecto diferente.

-¿Cuál fue la primera canción del álbum Viajar liviano?

El disco es una selección de 11 canciones escritas en ocho años.  La más antigua es Me conformo. Debe tener como 8 años.

-¿Cuáles son los temas nuevos  y los recientes?

Viajar liviano, Una luz, El amor  de esa mujer, Quise ser mejor  y Cómo quieres que te quiera tienen entre 8 y 12 meses.  Hasta el fin del mundo debe tener como 3 años, y Me conformo, Natalia, No voy, Soy de allá y Cuando te desprendes  entre 5 y 8 años.

-¿Qué debía tener una canción para que decidieras incluirlo en Viajar liviano?

En 8 años se acumularon 40 canciones.  Esta es la selección de los temas que quería que la gente escuchara. Las historias que quería contar en este momento de mi vida. Hay cuatro canciones mid tempo, cuatro bastante movidas, una balada y una acústica. Es bastante estándar dentro del género que suelo hacer, aunque hay más canciones movidas que lo que he hecho en el pasado.

-¿Cuáles fueron tus fuentes de inspiración?

Mis hijas, mi país, mis relaciones y mis observaciones cotidianas.

-¿Qué te llevó a escoger como título del álbum el nombre de una de las canciones?

A medida que van pasando los años te das cuenta de las cosas que realmente importan. Gran parte de nuestras vidas andamos como zombies preocupándonos por cosas que no tienen mayor trascendencia.  Hay que soltar las cosas que no importan y viajar liviano porque la vida es muy corta. mientras más rápido nos demos cuenta de eso, más felices seremos.



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