En la zona de Sabanitas, en la provincia caribeña de de Colón, Panamá, y casi a la orilla de la carretera Transístmica, al lado de una sede de la Cervecería Nacional, está expuesto un segmento de la formación geológica Gatún, que data del Mioceno, y donde se encuentran fósiles que aportan datos sobre la vida marina en las costas del Pacífico y el Caribe.
El sitio es como una cantera; un letrero indica un proyecto de “acopio temporal de material terrígeno y reutilización”. Hay basura como envases plásticos y frascos de esmalte de uñas.
Aunque ha sido intervenido, es posible apreciar los restos fosilizados de organismos con concha en el suelo arenoso y limoso, así como en las “paredes” de tierra más atrás, donde se ven varias capas en tonos chocolate, rojizo y gris, y donde se destacan como puntos blancos los fósiles de conchas.
Los fósiles permiten a los científicos conocer más sobre el surgimiento del istmo de Panamá, sus efectos ambientales y la historia de la biodiversidad.
Por el lugar camina un grupo de maestros y profesores de escuelas de todo el país que participan en el X Seminario-taller “Enlace dinámico entre naturaleza, ciencia y aprendizaje”, que desarrolla el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (Stri) en sus instalaciones de Punta Galeta.
Los docentes han usado unas guías ilustradas para identificar los fósiles que encontraban, especialmente, conchas de gasterópodos y bivalvos, y unos pocos corales.
El Dr. Stanley Heckadon, director de la estación Punta Galeta, explica que el taller de dos semanas tiene el objetivo es “elevar el nivel de docencia de las ciencias naturales en Panamá”.
Entre 140 y 150 científicos de todo el mundo llegan a Punta Galeta anualmente. Allí, el Stri tiene un programa científico sobre los ecosistemas de la costa (manglares, pastos marinos, biodiversidad), la migración de aves y de especies marinas en los cascos y sentinas de los barcos, y el monitoreo del nivel de los océanos y su temperatura. De las investigaciones que se realizan, se generan contenidos para el programa educativo.
“Cuando llegué aquí en el año 2000, los investigadores llegaban, hacían sus estudios, se iban a sus universidades a analizar sus datos, y sacaban sus publicaciones, que solo los especialistas entendían. Nos preguntamos: ‘cómo hacemos para que los trabajos que se hacen aquí lleguen al sistema escolar de Panamá, y sobre todo, los de Colón”, cuenta Heckadon.
Así surgió el programa educativo, que incluye llevar a niños a las instalaciones y la capacitación de los docentes. Los guías también son entrenados desde que son voluntarios. Heckadon recuerda con emoción el primer grupo de estudiantes que llegó a Punta Galeta: 60 niñas de Casa Esperanza de Colón.
“Por aquí han pasado 110 mil niños. El 90% de las escuelas que vienen son públicas. Uno de los objetivos del programa educativo es generar conciencia en los chiquitos. Si los niños no están convencidos de que esto es importante, no lo van a a proteger. Queremos despertar en ellos la idea de que la ciencia es interesante. La historia del istmo es apasionante y tiene implicaciones para el planeta”, narra entre anécdotas que dejan entrever su satisfacción de no haber arado en el mar.
Este programa condujo hacia los de becas para estudiantes graduandos de la universidad y de pasantías, para los de pregrado.
Durante el taller para los docentes, que termina el 28 de abril, han podido conocer el laboratorio marino de Galeta, escuchar charlas sobre el surgimiento del istmo de Panamá y realizar actividades y propuestas de cómo integrar esta experiencia en el aula de clases.
Alma Patiño, maestra de ciencias naturales de 5to. y 6to. grado en el Colegio San Francisco de Asís, en David, Chiriquí, dice que que nunca había conocido una formación geológica y está“impresionada” de la belleza natural de Galeta.
“Las giras ayudan muchísimo; hay un aprendizaje más significativo al estar en contacto con la naturaleza”.
El programa también incluye giras a las raíces de manglar, pastos marinos y arrecifes, charlas sobre insectos, aves, plantas tropicales, mamíferos, astronomía, el fenómeno de El Niño y el clima, entre otras.
EL SUEÑO DE UN MUSEO
Joaquín Atencio es un profesor de Geografía, Historia, Cívica e Inglés del Primer Ciclo Punta Burica, corregimiento de Limones, distrito de Barú, en la provincia de Chiriquí.
“Estoy en un área costera, en el Pacífico, donde hay bastante fauna y flora de tierras bajas. Tenemos monos cariblancos, monos ardilla y aulladores, felinos, tucanes, pavas... Allá se pueden hacer proyectos para proteger los cangrejos, reforestar los manglares, a orillas de las quebradas, y concienciar a las personas para que protejan más el ambiente”.
El profesor Atencio cuenta que, aunque no se pudo especializar, la geología y paleontología siempre le han fascinado.
“Los fósiles son una bonita manera de aplicar los conocimientos. Mi área es muy rica en fósiles, allá se encuentra la formación Burica, que va de 1.8 millones de años a 3.5 millones de años”. Y tiene una novedad, que comparte con los colegas.
“Tengo un proyecto con mis estudiantes para hacer un museo de historia natural en nuestro centro educativo. Yo les pongo como tarea buscar fósiles. En agosto del año pasado, uno de mis alumnos, Joel Orocú, encontró una falange de aproximadamente un pie de largo (0.30 m) y me avisó. Fuimos al área y pensamos que podía ser de una ballena. Se encontraron unos 12 fósiles”.
Entonces, contactó a la profesora Luz Graciela Joly, antropóloga de la Universidad Autónoma de Chiriquí. Ella contactó al investigador Carlos Jaramillo, del Stri.
“Se hizo el reporte a Patrimonio Histórico. La gente de la Universidad y de Stri fueron en noviembre del año pasado y regresaron hace tres semanas allá para seguir excavando. Se trata de un pequeño afloramiento en la desembocadura de una quebrada de Limones y se sabe que son restos de ballena jorobada, de al menos 1 millón de años de antigüedad. Ya tenemos restos de tres ballenas diferentes”.
El profesor Atencio explica que el Stri está analizando los restos fósiles de las ballenas. Mientras, él y sus alumnos están buscando algún patrocinador para el museo, ya que por ahora solo tienen un pequeño espacio dentro de la biblioteca.
EL PATRIMONIO IMPLICA DESARROLLO
Para la investigadora Luisa Hincapié, bióloga con orientación en paleontología quien está haciendo una pasantía con Stri y acompañó a los docentes en la gira paleontológica, el patrimonio implica desarrollo en muchos campos, como el científico y el turístico.
“La historia de un país comienza por la historia natural”. Lamentablemente, añade, “el tema de patrimonio está muy abandonado en Latinoamérica”.
“Argentina es muy reconocida por el estudio paleontólógico, tiene una ley especial y es la competencia de Estados Unidos, en quién tiene el dinosaurio más grande, el carnívoro más grande... Justamente porque tiene un gran sistema de investigación. En Argentina hay muchos museos de historia natural, casi cada provincia tiene sus propios fósiles. Es muy difícil que se lleven el patrimonio para estudiarlo en otro lado”.
Sobre el debate en torno a la formación del istmo de Panamá, señala que este evoluciona “en las grandes ligas de las publicaciones” y considera que la ampliación del Canal ha arrojado otro tipo de información, por lo que “será una discusión por muy largo tiempo”.