La familia real británica tiene un nuevo integrante, el primer hijo del príncipe Enrique y su esposa estadounidense Meghan, duquesa de Sussex, casi un año después de su boda en el castillo de Windsor.
El bebé es séptimo en la línea de sucesión al trono, por lo que es muy poco probable que crezca para convertirse en monarca británico.
El actual heredero es el príncipe Carlos, el hijo de 70 años de la reina Isabel II. A él le sigue su hijo Guillermo y los tres hijos pequeños de Guillermo: el príncipe Jorge, la princesa Carlota y el príncipe Luis. Después viene el padre del bebé, Enrique, y finalmente el recién nacido.
No se convertirá en príncipe automáticamente, ya que ello depende de la decisión que tome la reina, aunque Enrique y Meghan también podrían tener una opinión.
Un decreto emitido por el rey Jorge V en 1917 limita el número de grandes títulos reales, de manera que el hijo de Enrique y Meghan sería conocido como “Lord”, en vez de príncipe. Bajo las reglas actuales no sería “su alteza real”.
Pero la reina tiene la autoridad para intervenir, como lo hizo cuando Guillermo y Catalina comenzaron a tener hijos. La reina decretó que todos sus hijos e hijas serían príncipes y princesas.
Ella podría hacer lo mismo para los hijos de Enrique y Meghan.
También es posible que Enrique y Meghan decidan que no quieren esa designación especial para el bebé, con tal de darle una crianza más normal al niño.
Los miembros de la realeza también suelen tomarse su tiempo para poner un nombre a sus bebés.
Al hacer el anuncio del nacimiento en príncipe Enrique dijo que la pareja no ha decidido un nombre aún.
Pero ha habido especulación sobre el recién nacido, algunos creen que se podría llamar Alberto o Jaime.
En cuanto a la nacionalidad del bebé, Meghan es estadounidense, pero las autoridades dijeron al momento de su compromiso con Enrique que eventualmente planeaba nacionalizarse británica, un proceso que puede tardar varios años.