Carla Laucevicius es científica, médico, emprendedora y mamá.
Gracias a su espíritu investigador, fue la ganadora por parte de Panamá del premio “Innovadores Menores de 35 Centroamérica” (IM35) edición 2016, que entregó la revista en español MIT Technology Review a un total de siete proyectos.
Pese a que nació en Brasil, afirma que su corazón es 100% panameño, pues reside en el istmo desde hace 18 años.
Lo explica así: “¡Resido en y amo Panamá! Llegué aquí por una oportunidad de mis padres [que obtuvieron] cuando era menor de edad en 1998. Entré a la Universidad Latina, a la Facultad de Medicina en 1999. Soy [egresada] de su XI promoción de médicos”.
Desde entonces, Laucevicius se ha recibido como radióloga, ha obtenido una maestría en Gestión Ambiental y ha culminado materias de un máster en Docencia Superior.
Mereció este galardón internacional por crear un coctel bacteriano que personalizó para Panamá, que acaba con hasta el 90% de la grasa que se acumula en sus sistemas de agua residual urbana.
Considera que obtener una distinción que provenga del Massachusetts Institute of Technology (MIT) es una especie de catapulta mundial.
“Dentro de los centros de investigación, tecnología e innovación, el MIT es referencia, y ha ocupado el primer lugar en el ranking mundial de universidades tecnológicas en los últimos años. La revista MIT Technology Review es su principal publicación, además de ser direccionada a un público más diverso que no incluye solo científicos. Así, la valorización de la revista, y por ende el instituto es enorme, principalmente en países en vías de desarrollo”.
Desde su perspectiva personal, Laucevicius opina que los latinoamericanos tienden a tener la idea de que “todo [aquello que ha sido creado en] los países desarrollados es lo mejor, pero no vemos que muchas veces [el producto o servicio] no puede ser aplicado a nuestra realidad. Así, que al crear reconocimientos como el IM35, que valora lo local, también demuestra nuestra capacidad de estar igual o mejor en el desarrollo de soluciones aplicadas a nuestra realidad”.
Como emprendedora, considera que confía en que es clave empoderar a las personas que sufren un determinado problema que carece de una solución.
Por ello, opina “creo que la solución está mucho más cerca de lo que imaginamos. Y el IM35 está ahí para eso: enseñarnos que somos capaces y que nosotros somos los que más conocemos nuestros problemas, por ende, somos los más adecuados a buscar la solución a ellos”.