Rafeea al Hajsi está orgullosa de ser la primera supermodelo emiratí tras años de lucha contra las convenciones. “Cuando siento los focos sobre mi cara, mi vida se ilumina y algo me dice que la fama internacional no está lejos”, explica.
Entusiasmo, miedo y alegría se entremezclan cuando desfila en el Arab Fashion Show en Dubái, mientras se prepara para presentar dos creaciones de la libanesa Aiisha Ramadan.
“Es increíble estar en la pasarela, es un sentimiento agradable que disfruto con toda mi alma”, agrega.
Asegura que el camino ha estado plagado de obstáculos en esta sociedad musulmana conservadora en la que numerosas mujeres usan abayas, amplias túnicas negras que las cubren de la cabeza a los pies. “Soy muy valiente al trabajar en este mundo” dice, recordando que “fue muy difícil convertirse en modelo siendo emiratí”.
Al Hajsi empezó a desfilar con ropa tradicional de los emiratos, “esperando que lentamente la sociedad se abriera un poco”. Tuve que esperar “ocho años para llegar hasta donde me ven hoy”. La modelo, que no quiere revelar su edad, trabajó como locutora de radio y presentadora de televisión, lo que le proporcionó las oportunidades para irse abriendo camino en el mundo de la moda.
Su primera aparición en una semana de la moda se remonta a principios de este año en París, cuando desfiló para el libanés Ziad Nakad en la pasarela de alta costura.