¿La inmunoterapia reemplazará un día la quimioterapia en la lucha contra el cáncer? Calificada por algunos de revolución y coronada ayer con el Premio Nobel de Medicina, esta técnica consiste en reforzar las defensas del cuerpo frente a la enfermedad.
El galardón fue atribuido a dos inmunólogos, el estadounidense James P. Allison y el japonés Tasuku Honjo, por haber descubierto cómo provocar una respuesta del organismo contra el cáncer, neutralizando algunas moléculas que le impiden defenderse. La inmunoterapia “está en pleno auge, es quizás la vía más importante descubierta recientemente para tratar el cáncer”, afirma a la AFP el investigador francés Pierre Goldstein.
“Es una revolución equivalente a la llegada de los antibióticos”, se entusiasma Eric Vivier, investigador y director científico de Innate Pharma, empresa de biotecnología francesa especializada en la investigación de este tratamiento.
Esta técnica solo se halla en sus inicios y no funciona con todos los pacientes. Pero las expectativas son tales que la industria farmacéutica está invirtiendo masivamente.
Hasta el pasado julio, había 800 ensayos clínicos en curso en el mundo y más de 30 medicamentos en desarrollo, según un recuento de la American Cancer Society.
Para defenderse contra lo que es extraño en nuestro organismo, el cuerpo se apoya en unos glóbulos blancos llamados linfocitos T.
Pero estas células llevan en su superficie unas moléculas llamadas “inhibidoras”, que pueden frenar la eficacia de su acción si la persona sufre cáncer.
La inmunoterapia consiste en neutralizar estas moléculas inhibidoras, utilizando proteínas llamadas anticuerpos. El objetivo: levantar estos frenos y permitir a los linfocitos defender el organismo contra el cáncer.
Desde 2011, la FDA y la EMA, las autoridades sanitarias estadounidense y europea, “aprobaron la administración de medicamentos de anticuerpos para el melanoma metastásico, el cáncer de pulmón avanzado, el cáncer de riñón metastásico y para cánceres de otorrinolaringología y de la vejiga”, enumera la profesora Laurence Zivogel, inmuno-oncóloga del Instituto Gustave Roussy, cerca de París, primer centro de lucha contra el cáncer en Europa.
Aunque, pese a las esperanzas que despiertan, estos tratamientos “no son completamente inofensivos”, según el profesor Goldstein.
“Las células del sistema inmunitario que se activan pueden causar ciertas manifestaciones autoinmunes, cutáneas o contra algunos órganos endocrinos”, agrega, precisando que estos efectos indeseables pueden ser controlados.
Más allá del cáncer, la inmunoterapia “provocó una revolución en el hecho de plantearse la utilización del sistema inmunitario para combatir otras enfermedades”, según el profesor Dan Davis, inmunólogo de la universidad de Manchester (Inglaterra). “Creo que por ahora solo vemos la punta del iceberg y que hay otros muchos medicamentos en el horizonte”, confía.