Juan Diego Flórez cantó en el metro para poder comer. Fue cuando tenía 20 años, en la estación de Grand Central, en Nueva York, y lo hizo solo un día, pero los temas que interpretó le han acompañado siempre, revela el tenor peruano.
“Fue toda una experiencia. Me echaron mucho dinero y pude tener una comida decente aquel día. Era la época en la que hacía audiciones para ser admitido en los conservatorios. Me acuerdo que entonces mi dieta era sopa y chocolatinas, que costaban unos pocos centavos”, explica riéndose el artista, que el lunes actuará en el Teatro Real de Madrid.
Solo lo hizo una vez porque, recuerda, el ruido de los trenes era ensordecedor y, además, porque sacó“mucha plata”, tanta como para comer varios días “caliente” y luego ya “las cosas fueron mejorando”.