Señor Loop está de regreso

Hay discos que son objetos, otros que son productos y algunos pocos, cada tanto, son otra cosa. El arte es una palabra muy grande que excede las formas y las disciplinas para transformarse en una fuerza superior. No basta llamarse artista para ser artista, no basta con escribir, pintar, hacer fotos, canciones, colgar cuadros en la pared de una galería. No alcanza con que te celebren tus groupies, ni los medios, ni vender obra. Uno entiende la diferencia cuando se cruza con un artista de verdad: hay que ser capaz de abrir el cuerpo a la experiencia, al latido interior, para moldear y parir gemas que están hechas con la esencia misma de la vida. Y eso es lo que logra Señor Loop en La leña que prende madera, obra que aún sin salir, ya tiene sabor a clásico. Es el regreso discográfico de la banda luego de seis años de silencio desde Vikorg en 2013.

Escuche aquí el tema Cuando todo está bien

La Prensa tuvo acceso a escuchar el disco completo cuyos primeros simples -Cuando todo está bien y Mes de la patria- se lanzan en todas las plataformas hoy mismo por el sello mexicano Panoram. Siguiendo los nuevos modelos de la industria, cada seis semanas se publicarán dos canciones hasta que se complete el disco. Recién entonces se podrá tener la experiencia de escuchar el disco completo para procesar esta obra en toda su magnitud.

La leña que prende madera es un disco que da ganas. Ganas de creer y crear, de bailar, de celebrar. Ganas de salir corriendo y abrazar a quien amas. Ganas de tener hijos. Ganas como tienen ganas los niños de jugar, sin ego, porque sí. De saber, que a pesar de mil vainas, tienes una vida en tus manos y que todo va a salir bien.

Para evitar el spoiler no voy a hablar en particular de ninguna de este puñado de canciones que van pasando con gracia y elegancia, que pueden empezar sonando como la música de Stranger Things para pasar al rato a los Combos Nacionales. Con un sonido que hace recordar a Tom Petty o a Prince pero también a Nando Boom. Tampoco voy a enfocarme en el sonero mayor de Panamá, Lilo Sánchez, cada día más fino en su arte transversal, callejero y de salón, barriobajero y de etiqueta, sello panameño que le pertenece al mundo. Ni de la madurez en las composiciones, ni del sonido tan propio de la banda que puede tocar cualquier género sin dejar de sonar a Señor Loop. Quizá sea este el mejor elogió que puede cosechar un artista: que sea su arte, como su respiración.

Prefiero subrayar y quedarme con la potencia de esta sensación tan pura que se riega en la casa luego del desayuno mientras suena La leña que prende Madera. Porque este es un disco diurno, una luz vital que se integra a tu existencia con la sorpresa del recuerdo feliz. Una emoción suave, como quien ríe con lágrimas en los ojos. Como cuando luego de un largo viaje aparece el mar en el horizonte. Un disco a la vez escudo y alimento. Que contagia sensibilidad y también coraje. Un impulso por evitar lo superfluo y aferrarse a lo verdadero. De alguna forma es un disco que ya vivía en nosotros. Para celebrar, en fin, que Señor Loop está de regreso.