La cantante Taylor Swift acudió a sus millones de fanáticos en redes sociales para presionar a los jefes de su antiguo sello discográfico, a quienes acusa de ejercer un “control tiránico” sobre su música.
El último movimiento de la superestrella mundial ha reavivado su enemistad pública de meses con Big Machine Label Group, señalando una vez más el viejo problema de la industria de la música sobre quién guarda las llaves del trabajo de un artista.
La cantante pop de 29 años, conocida por su calculadora estrategia en redes sociales, publicó un texto en Tumblr acusando a los jefes de Big Machine de impedir que actuara en televisión.
La cantante aseguró que la discográfica había advertido a su equipo que ella no estaba autorizada a cantar sus viejas canciones en la televisión.
Swift se prepara para hacer una aparición este mes en los American Music Awards, donde recibirá el galardón de artista de la década. También lanzará un documental en Netflix.
Según ella, los dos fundadores de Big Machine, Scooter Braun y Scott Borchetta, le dijeron que tendría que “volver a grabar” su música antes de tener de nuevo el derecho a interpretarla “el próximo año”.
Este verano, Swift comenzó una disputa pública con Braun sobre la compra de su anterior sello por parte de Big Machine, lo que le dio a esta última una participación mayoritaria sobre las grabaciones maestras de los primeros seis álbumes de la cantante.
Swift se comprometió a recuperar el control de esos álbumes volviendo a grabar sus temas, lo que legalmente podría comenzar a hacer en noviembre de 2020.