Ahora sí llegamos a donde íbamos. Davis ha sido el maestro en casa de familias enteras durante décadas. Mientras el Meduca no conseguía ponerse de acuerdo ni con él mismo, La Cáscara metía arena en la cabeza de la gente.
Resultado: estamos atontados y adormecidos de tanto cascarazo. Los destinatarios patrios nos bebemos esos contenidos sin siquiera eructarlos. Esos programas de tele reemplazaron el hogar. Lo nuestro es de tragedia y tragicomedia griegas.
Desde que a Davis se le ocurrió ser convocante de la protesta de inicios de año en la Cinta Costera (nombre propio, con mayúscula), hasta ciudadanos encopetados han bajado al arrabal televisivo a admitir que la sociedad nuestra ha ido de cáscara en cascarazo.
Le pasan factura por todos los males de este pago: desde cosificación femenina hasta homofobia, pasando por machismo, procacidad y escatología. La andanada ha sido tan dura que solo faltó que se le atribuya la creación de la bomba de neutrones, el descubrimiento de la pólvora, el triunfo de Trump, la solicitud al sheriff para que metiera preso al Capo y la negociación de la FIFA con Putin en torno a la sede de la Copa de Fútbol 2018.
Estamos tan idiotizados que esas parodias y cuchufletas sabatinas han sido modelo de vida de nuestra sociedad. Estuve en ese modo hasta que moví el zap, desde que en esa pantalla era notoria la ausencia del Capo Mayor, autor de gracias gigantescas, y sí la presencia de su inversión publicitaria, tanto oficial como privada. Soy dueño y señor de mi zap, hasta nuevo aviso.
La parodia sigue allí, y es recomendable para la salud, y hoy goza de un reconstituyente necesitado, con la movida de la Cinta Costera. Con el leitmotiv anticorrupción. En una fecha emblemática, de recordación de los héroes de enero, a los 54 años de la epopeya nacional. Nunca después fue tan masiva la conmemoración.
Quien maneja audiencia y se preserva con los altos y bajos de ella aventaja en una convocatoria exitosa en un momento de huracán político, con la mascarada de una república en apuros, roída y en colapso. Con una mínima credibilidad de sus instituciones, debilitadas ante la desgracia de la corrupción y afines. L a corrupción es un monstruo, muy difícil de controlar y vencer.
Esa protesta es la acumulación de muchas otras surgidas desde los albores del varelato, y reúne un mosaico, con una gradación de los últimos periodos presidenciales, con énfasis en el presente. A propósito: si no es por uno u otro coro, salió bien librado en esa concentración el Saqueador Mayor.
Frente al huracán, empieza a aclararse el camino hacia las elecciones del domingo 5 de mayo de 2019. Un nuevo factor entra en escena: Davis. “Ya tiene competidor tu jefe”, le manifesté a un integrante del entorno de Blandón. Que la disputa por la poltrona de Las Garzas puede polarizarse entre Davis y Blandón. Ambos protagonistas de las redes sociales. Me sigue intrigando su respuesta: “Vota por Davis”. (Ni bajo tortura identificaré al interlocutor).
Instagram resultó ser la red favorita de la protesta, por la que circuló el 70% de los 3.5 millones de mensajes generados. Todo un indicador de los futuros pasos políticos y electorales. No desatienda sus redes sociales.
