El análisis de 127 genomas de esqueletos de 12 mil años de antigüedad en la región de Roma muestran que la capital imperial estaba poblada por inmigrantes del Mediterráneo Oriental y Medio Oriente, según un estudio publicado ayer en la revista Science.
Se trata de la primera vez que la genética confirma con tanto detalle la historia de Roma, que reinó durante siglos en el Mediterráneo.
Cuando Roma era la capital del imperio (del 27 al 300a.C.), los romanos se parecían a las poblaciones mediterráneas actuales, similares a los griegos, malteses, chipriotas y sirios, escriben los autores dirigidos por investigadores de la Universidad de Stanford y otras casas de estudio.
Las nuevas técnicas de análisis de ADN antiguo han permitido reconstruir las transiciones de población durante milenios y el surgimiento de Roma.
Los esqueletos más antiguos analizados son los de cazadores-recolectores que vivieron entre 10 mil y 7 mil años antes de nuestra era.
Entre 900 y 200 años antes de nuestra era, Roma comenzó a diferenciarse del resto de Europa. Se convierte en una ciudad importante, con inmigración en aumento y población creciente.