Tras cientos de actividades culturales canceladas en Chile a lo largo de 2020 debido al nuevo coronavirus, el festival internacional de teatro Santiago a Mil arrancó ayer después de adaptar su programación, con obras virtuales y presenciales que tendrán aforos restringidos.
En versión número 28, el festival estableció una “estrategia gradual” para hacer frente al contexto sanitario que enfrenta el país, que desde la primera semana de diciembre hace frente a un alza sostenida de los contagios de la Covid-19, que llevó a las autoridades a decretar cuarentena durante los fines de semana en Santiago y restringir el aforo de las actividades durante la semana.
“Más que un festival, Santiago a Mil ya forma parte de la vida de las personas. Es una responsabilidad y compromiso con las personas y los artistas hacerlo”, dijo la directora del certamen, Carmen Romero.
“ Más que un festival, Santiago a Mil ya forma parte de la vida de las personas. Es una responsabilidad y compromiso con las personas y artistas hacerlo”.
Carmen Romero, directora del festival.
En un año complejo para las artes, “hemos trazado este Santiago a Mil distinto, más dinámico, híbrido y paso a paso, en función del contexto y la nueva realidad”, agregó Romero.
En esta versión se dejarán atrás los tradicionales multitudinarios espectáculos callejeros, para dar paso a la exhibición de obras digitales a través de las plataformas Teatroamil.tv y Zoom, junto a la transmisión de espectáculos por radio y televisión abierta.
También se ofrecerán experiencias para un sólo espectador o grupos pequeños.
En total, serán más de 150 espectáculos –obras de teatro, danza, música, ópera, circo, radioteatros, audio recorridos y experiencias en espacios no convencionales– de 19 países los que se exhibirán en esta versión del festival Santiago a Mil, entre ellas, el radioteatro Malú a Mil y la versión del clásico Don Quijote realizada por la compañía de títeres infantiles 31 minutos.
A lo largo de la ciudad de Santiago también se proyectarán diferentes espectáculos de luces, los que irán rotando hasta el final del festival el 24 de enero.
Ayer se pudo acceder a más de 25 espectáculos en radio Bio-Bio, televisión, actividades por Facebook Live y proyecciones lumínicas por la ciudad, entre ellas, la Blanche Neige (Blancanieves), y las óperas Requiem de Mozart y Le Rossignol et Autres Fables (El ruiseñor y otras fábulas).
“Si no podemos estar en un teatro, necesitamos buscar nuevas formas de conectarnos con las artes”, concluyó la directora del evento.