Medir el estrés y el humor de una persona, el estado de la dentadura y la salud bucal o, con sensores inteligentes, evitar las muertes súbitas en las bañeras, son algunas de las numerosas aplicaciones de los captores sensoriales expuestas en la feria tecnológica Ceatec de Tokio.
Este año, la Exposición Combinada de Tecnología Avanzada (Ceatec) casi no expone televisores ni material audiovisual, que hace 10 años ocupaban todo el espacio. Algunos robots ocupan el lugar, pero sobre todo se exponen los componentes que Japón desarrolla con furor: los captores sensoriales.
Panasonic rellenó un sillón prototipo que, según un representante de la firma, podría ser en el futuro el de un piloto de avión o el de un conductor de camión. “Permite medir, en función de cómo la persona está sentada, el sudor y el olor que se desprenden de sus manos y la expresión de su rostro filmado por una cámara, el estado en el que el individuo se encuentra”, tranquilo, molesto, tenso o relajado, explicó el representante. “Se podría imaginar usar este sillón en las oficinas y conectar los resultados del análisis a la gestión de la climatización o de la luz, para ajustar los parámetros de la pieza y permitir a las personas relajarse si es necesario”, agregó.
El fabricante de cosméticos Shiseido probó recientemente que el estrés provoca olor de puerro o ajo.
Murata Manufacturing mide el nerviosismo de una persona con un pequeño aparato que debe sostener durante un minuto entre el pulgar y el índice de sus dos manos cerrando los ojos. “No está para nada estresado, está incluso en forma”, dice la animadora del estand. “El dispositivo funciona con captores fotosensibles que miden el pulso y el equilibrio nervioso”, detalló un técnico de ese fabricante de componentes electrónicos. “Vamos a empezar a comercializarlo muy pronto entre las empresas, para que evalúen el grado de estrés de sus empleados. Las empresas de transporte o compañías de taxi están interesadas”, indica Takashi Hayashida, portavoz de Murata.
Lion, especialista japonés de productos de higiene, concibió un dispositivo de análisis del estado de la dentadura y la salud bucal a través de una foto que es enviada a un servidor.
La empresa de sanitarios Lixil imaginó por su lado un captor para la bañera que registra los parámetros corporales (pulso, temperatura) y los del agua, para comprender en qué circunstancias se producen las muertes súbitas durante un baño.Este tipo de accidente doméstico implica a personas de más de 65 años, víctimas generalmente de golpes de calor, en el 90% de los más de 5 mil casos registrados por año.