En la gala de los Globos de Oro de mañana domingo, no hay claros favoritos y solo una cosa está asegurada: el champán.
Aunque los Globos de Oro no son considerados un termómetro de lo que deparan los codiciados premios Óscar, porque no vota la industria del cine sino los miembros de la Asociación de la Prensa Extranjera de Hollywood, este evento es considerado de muy alto perfil y una verdadera fiesta en la que el champán nunca para de rodar.
“Los Globos de Oro son conocidos por su imprevisibilidad y eso es lo que los hace tan entretenidos”, opina Paul Dergarabedian, analista de medios de la firma Comscore. “Los nominados de este año en las principales categorías son todos increíblemente merecedores de premios, por lo que cualquier cosa puede pasar”.
“Hay una cosecha tan excelente de películas que están siendo reconocidas este año, que puedes apostar por casi todas”, opinó por su parte Shawn Robbins, analista jefe del sitio web Boxoffice.
El mexicano Alfonso Cuarón está nominado como director por Roma. El español Antonio Banderas como mejor actor dramático en una miniserie o película para TV por Genius: Picasso; su compatriota Penélope Cruz, como mejor actriz secundaria en ese formato por su papel de Donatella Versace en la miniserie American Crime Story: El asesinato de Gianni Versace, y su compañero de reparto, el venezolano Édgar Ramírez, también como mejor actor secundario por encarnar al propio Gianni. Lin-Manuel Miranda, de padres puertorriqueños, fue nominado a mejor actor de comedia o musical por El regreso de Mary Poppins.
Los actores Sandra Oh y Andy Samberg serán los anfitriones de esta gala, que ocurrirá en el hotel Beverly Hilton que entregará el premio honorífico Cecil B. deMille a Jeff Bridges.
Vice, película biográfica consagrada al ascenso político del exvicepresidente estadounidense Dick Cheney, consiguió la mayor cantidad de nominaciones, seis, incluyendo mejor filme de comedia o musical.