El radiotelescopio ALMA, que con sus 66 antenas es el más avanzado del mundo, reinició este jueves el proceso de reapertura después de permanecer seis meses cerrado, aunque descarta retomar este año las observaciones científicas.
La pandemia impuso una pausa obligada en los grandes observatorios astronómicos instalados en el norte de Chile, cerrando los ojos del mundo al Universo y motivando un retraso en las investigaciones científicas de nuestra galaxia.
Desde fines de marzo todos los observatorios levantados en el árido norte chileno, que concentra casi la mitad de la observación astronómica mundial, detuvieron sus operaciones y fueron puestos en “modo seguro”, con poquísimo personal a cargo de su mantenimiento.
El Gran Conjunto Milimétrico/submilimétrico de Atacama (ALMA) decidió comenzar a partir de este jueves el largo proceso de recuperación ante la mejoría presentada en la situación con el coronavirus en Chile.
En este país, desde hace al menos dos meses, los casos se mantienen estabilizados en alrededor de mil 800 por día.
“El camino hacia la recuperación de las operaciones y, en última instancia, las observaciones científicas -un hito que no se llevará a cabo este año- se ha planificado cuidadosamente”, dijo un comunicado del observatorio.
Durante los últimos seis meses, “ALMA estuvo cerrado, sin siquiera energía ni agua. Solo una sola pieza clave de su equipo, el máser de hidrógeno, siguió recibiendo energía, gracias a que fue revisada diariamente por un pequeño equipo, el Caretaker Team, que ha garantizado la seguridad y protección del Observatorio durante su cierre”, describió la nota..
Inicialmente, comenzó la preparación del Centro de Apoyo a las Operaciones de ALMA para el regreso del personal y contratistas.
Luego, comenzará el proceso de reinicio del sitio de operaciones del Conjunto de Antenas.