Pasaron ya 44 años de la muerte de Mao Zedong y parecería que hoy en día los chinos viven pegados a sus teléfonos móviles. Pero no las personas mayores, a las que el Estado ofrecerá ahora cursos para que aprendan a usarlos.
A sus 70 años, Li Changming acaba de comprarse un ‘smartphone’. Para aprender a usarlo, participa en una formación organizada por la alcaldía de su barrio de Chengdu, ciudad del sudoeste de China.
“Aún no comprendo todas las funciones pero tengo ganas de aprender”, dice a la AFP. “Nunca somos demasiado mayores para aprender algo”.
Frente a él, un profesor con un brazalete rojo explica cómo cerrar una aplicación. Se esfuerza para estar a la altura de su público de cabello blanco.
“ Todo lo que yo sabía hacer era llamar por teléfono. Después, mi hija me explicó algunos trucos y yo asistí a cursos como el de hoy. Ahora, me las arreglo”.
Meng L., estudiante sexagenaria.
“Es como si hubiera muchas cosas en la habitación: hay que hacer espacio”, explica.
Saber utilizar un teléfono móvil se volvió vital en China, donde el comercio electrónico tiene un lugar considerable (24.3% del total del comercio en el tercer trimestre del año) y donde el dinero físico está en vías de extinción.
De allí la formación implementada por las autoridades para familiarizar a la ciudadanía con el comercio electrónico.
Las aplicaciones de pago de los gigantes WeChat et Alibaba están presentes en todas las empresas, aún las más pequeñas. Es común ver a los clientes pagar en el mercado una bolsa de cebollas escaneando el código QR del comerciante con un smartphone.
“No podemos vivir sin teléfono móvi”, resume Meng Li, una sexagenaria que asiste a la clase de Chengdu y que acaba de realizar su primer pago en línea.
Otro objetivo de las autoridades es fomentar el consumo, incitando a la tercera edad a utilizar sus ahorros.
En China se estima que habrá unos 300 millones de jubilados en 2025, prácticamente toda la población de Estados Unidos.
